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Gritos de éxtasis y agonía en el callejón (II)
Fecha: 13/12/2025, Categorías: Gays Autor: Jhosua, Fuente: TodoRelatos
... veces, dejando ese hilillo. Exclama. ·“Qué trasero tan apetitoso, casi como una fruta madura”. Comentó, su voz llena de lujuria. Sin previo aviso, me penetró con fuerza, su miembro entrando en mí con una intensidad que me dejó sin aliento. El dolor, agudo y penetrante, se mezclaba con placer y satisfacción, una sensación que me hacía desear más, aunque una parte de mí sabía que era peligroso. Suelta. ·“Qué apretadito estás, me encanta. ¿Soy el primero que te folla?”. Susurró, su voz llena de placer. Comenzó a moverse, sus embestidas profundas y rápidas. Mientras me penetraba, tomó mi cola de cabello como su anterior amigo, comenzando a tirar de ella con fuerza, controlando mis movimientos. El dolor en mi cuero cabelludo se mezclaba con el placer en mi interior. Mis gemidos, una mezcla de dolor y placer, llenaban el aire, animándolo a seguir. Sus manos, ahora libres, se movieron a mis nalgas, azotándolas con fuerza, el sonido de sus palmadas resonando en el silencio. La sensación de estar a su merced, de ser usado para su placer, era embriagadora. El hombre, con una mano aún en mi cabello, guiaba mis movimientos. Su otra mano se movió a mi espalda, acariciando mi columna. Sus gemidos se volvieron más profundos, más desesperados, y supe que estaba cerca, que estaba al borde del orgasmo. Con un último y prolongado gemido, la sacó de mi interior, su semen caliente y viscoso, cayendo sobre mis nalgas y espalda, marcándome, reclamándome. La sensación ...
... de su esencia en mi piel era intensa, una mezcla de humillación y placer. Pero no había terminado. Con un movimiento rápido, se posicionó de nuevo en mi entrada, y de una sola embestida, me penetró nuevamente, sintiendo sus testículos chocar contra mis glúteos, esta vez con una intensidad aún mayor. Sus embestidas se volvieron más rápidas, más desesperadas, y con un último y prolongado gemido, se corrió en mi interior, su semen llenando cada rincón. La sensación era abrumadora, una manera de ser marcado por dentro, una mezcla de placer y humillación, que me dejaba desecho, tembloroso y jadeante. Finalmente, se apartó, liberándome de su agarre, y me dejó en el suelo, jadeante y tembloroso, su semen aún en mi piel, en mi interior, un recordatorio de lo que acababa de ocurrir. El recuerdo de esos tres hombres era abrumador. Me miraban con lujuria y satisfacción, disfrutaban de mi estado. Se dieron cuenta de que estaba completamente desnudo, dándome uno de sus suéteres, probablemente por remordimientos. La noche se convirtió en un torbellino de sensaciones, donde el placer y el dolor se entrelazaban. Me dejé llevar, permití que cada uno de ellos tomara lo que deseaba. Cuando todo acabó, uno de ellos me explicó. ·“Sabes, acostarme contigo ha sido muy fácil; debo felicitarte, nos ha gustado más que con una prostituta o con una mocosa”. Siendo interrumpido por otro. ·“Hacerlo con un chico ha sido algo nuevo, sabiendo que no lo volveremos a hacer con otro, tú ...