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Una manera poco peculiar de aprender
Fecha: 19/12/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Hetero Incesto Autor: PetterG, Fuente: SexoSinTabues30
... cruzando los brazos. —No, queremos intentarlo una vez más. Con tu explicación, te desnudamos esta vez, y ya! Carla soltó una carcajada fuerte, mirándolos incrédula. —¿En serio creen que pueden? Bueno, está bien, les explico. Todos se movieron al escritorio. Carla agarró el cuaderno y un lápiz, todavía cubriendo el pecho con un brazo. Empezó a hablar claro, desglosando el problema que habían fallado. Los gemelos escuchaban, sentados frente a ella, pero sus caras mostraban que solo entendían la mitad. Ella cambió de método, dibujando líneas en el papel, pero ellos seguían perdidos. Después de un rato, Carla dejó el lápiz, molesta por no avanzar. —Miren, vamos a hacer esto simple. Entonces, quitó el brazo del pecho y sujetó sus senos grandes con ambas manos. Se inclinó hacia adelante, y dejó caer sus tetas con un golpe suave sobre el borde de la mesa. El sonido fue seco, y los gemelos se quedaron con la boca abierta. —Esto es la fuerza y la gravedad. El peso empuja las cosas hacia abajo, ¿entienden ahora? Diego y Lucas se miraron, anonadados, y luego estallaron en risas. Carla rió con ellos, sacudiendo la cabeza. —¡No lo puedo creer, funcionó! Ahora lo entiendo… dijo Diego limpiandose una lágrima de la risa. —Eres una loca, prima, pero ahora sí lo entendimos.. decía Lucas riendo. La tensión se rompió un poco, pero Diego levantó una mano. — Queremos una última chance. Un ejercicio más”. Carla dudó, tamborileando los dedos en la ...
... mesa. — No lo sé, chicos. A menos que me prometan que si fallan, nos vestimos y esto se acaba. Si ganan, me quito lo último. ¿Seguros? Lucas asintió rápido. — Sí, dale, podemos con esto. Carla suspiró y escribió un ejercicio más en el cuaderno, uno duro pero no imposible. Les pasó la hoja, y ellos se sentaron frente al escritorio otra vez. Empezaron a resolverlo, con sus lápices rayando el papel y tardaban. Susurraban entre ellos, dudando en cada paso. Carla se recostó en la cama, mirándolos con una ceja levantada. —¿Qué, ya se rindieron? Parece que voy ganando”. Diego gruñó, sin voltear. —No hables, Carla, estamos cerca. Pasaron minutos. Los gemelos discutían bajo, borrando y escribiendo. Al final, Lucas empujó la hoja hacia ella, inseguro. —Toma, revisa eso. Carla, agarró el papel y comenzó a revisarlo con calma. Los cálculos parecían buenos al principio, y los gemelos la miraban, esperando. Ella siguió leyendo, y su cara cambió poco a poco. Llegó al final, revisó dos veces, y susurró. —Está bien. Lo hicieron perfecto. Diego y Lucas saltaron de las sillas, gritando de alegría. El cuarto se llenó de sus voces, chocando las manos. —¡Te lo dije, Carla! ¡Ganamos! decía Diego señalando la hoja. —¡Que se lo quite, que se lo quite! — comenzaron a decirle ambos. Carla, se quedó fría al escucharlos, el corazón le latía fuerte. Sabía que no había vuelta atrás. Si no cumplía, ellos podían contarle todo a su madre, y estaría muerta. Respiró hondo, ...