Mi cuñada, mi perdicion
Fecha: 27/04/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... disimular, pero ella se habí¬a dado la vuelta enseguida y pude ver como vio lo que me habí¬a sucedido. Su gesto fue como si no hubiera pasado nada y una cara que parecí¬a que pensaba: _ Te jodes, mira todo lo que te de la gana que es lo único que vas a conseguir. Desayunamos charlando de bobadas y mi polla no se bajo ni un ápice, por lo cual no me podía levantar de la mesa, ella sentada frente a mí y marcando sus tetas que se transparentaban un poco a través de la camisetita que vestía (sobre todo sus pezonazos). Menos mal que al final se levantó ella y salió de la cocina dándome la espalda, no pude dejar de mirarla hasta que desapareció por la puerta, esperé un momento hasta que oí¬ que entraba en el baño y me fui a ala habitación a cascarme una paja por ella. No acababa de entrar en la habitación cuando la oí¬ salir del baño, asomé la cabeza por la puerta y le pregunté: _ ¿vas a volver a entrar o has terminado ya?, _ Si, puedes entrar si quieres. Fui al baño y cerré la puerta. De repente vi algo que me puso el corazón a mil por hora………, encima de un cesto habí¬a un sujetador y unas bragas azules marino de encaje a juego, no pude por más y sentándome en la taza cogí sus bragas y las coloque alrededor de mi polla que estaba mas dura y grande que nunca, comencé a meneármela frenéticamente con sus bragas y estaba que estallaba de placer, parecía que me iba a marear del éxtasis que me estaba produciendo el hecho de masturbarme con las espectaculares bragas de Carmen cuando ...
... escuche su voz al otro lado de la puerta del baño: _ ¿Puedes abrirme?, es que me he dejado algo y lo necesito. Dijo ella alzando la voz. _ Siiiiiiiiii………., ahora mismo. Le respondí con un quejido lastimero y casi me hace correr solo por escuchar su voz a la vez que yo me estaba cascando una paja con sus propias bragas. De un sobresalto me levanté los pantalones y coloque sus bragas rápidamente donde estaban antes. Di un grifo para disimular y abrí la puerta. _ Entra y coge lo que quieras. Le dije amablemente (pero también sofocado y nervioso). Ella fue hacia donde estaba su ropa interior y yo seguía¬ lavándome la cara delante del espejo, cuando… Ah! ¡tierra trágame! _ ¿Has tocado tú esto?. Me dice enseñándome su ropa interior sobre su mano _ Nooooo, ¿Yoooo?, ¿para qué?. Dije en un estado de nervios que se me notaba a la legua _ ¡No estaba así cuando yo lo dejé!. Dijo levantado la voz _ No pues yo no lo he tocado. Se quedo pensativa y dijo: _ ¡Serás cerdo!, verás cuando venga mi hermana…. _ Pero…, ¿yo qué he hecho?, Si no he hecho nada _ ¿Te parece poco meneártela con mis bragas? De repente me ruboricé como no lo había hecho en mi vida, no sabí¬a donde meterme ni que decir pero al final balbuceé: _ Por favor…., no le digas nada a tu hermana, te lo pido por favor… Dije suplicando _ ¿qué pasa?, ¿no tienes bastante con mirarme el culo y las tetas que también te tienes que pajear con mis bragas, cerdo cabrón? No sabía que decir y lo único que se me ocurrió fue un: _ Lo siento… ...