El amor de mi esclava
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos
... quiso reiniciar el juego jurándome que se iba a limitar a hacer lo tradicional… le dije que no, que ya no tenía ganas, que me dejase tranquila que me iba a dormir. - ¿Entonces? - Entonces resulta que aparecés vos, hacés lo mismo muchísimo más y no sólo no me resisto si no que colaboro y ayudo en aquello que hasta hace unos instantes me repugnaba, lo rechazaba, era antinatural, una perversión… lo único que me falta es que sea yo la que te pida hacerlo… - ¿Por qué no? Pedímelo cuando quieras. En medio de mi carcajada levantó su mirada furiosa y comenzó a golpearme el pecho con sus puñitos cerrados. La abracé y la contuve entre mis brazos. - Lo primero que tenés que tener claro, le dije, es que él era tu marido y yo soy tu amante. Ustedes creían estar atados y asegurados, aunque en la realidad no lo estuviesen. Nosotros nos tenemos que ganar y conservar día a día, descubrir nuevos horizontes, encontrar nuevos placeres, explorar nuevos caminos y sensaciones. Además hoy sos una mujer madura que sabe lo que quiere y que ya sufrió la soledad en la vida. Aquella era una adolescente que aún creía en el príncipe azul y los cuentitos de hadas. En fin, esa contradicción, si existe, solamente la podés resolver vos, porque está dentro tuyo… - Eso es verdad, primero tengo que saber si realmente existe la contradicción o sólo se trata de dos etapas distintas de mi vida y luego -si existiera- resolverla. Yo y sólo yo puedo develar esos interrogantes. - Pedímelo… - ¿Qué? - Que me lo pidas… - ...
... ¿Que te pida qué? - Que te rompa el culo nuevamente. - ¿Qué? Tomé su cabello con una mano, lo estiré y tirando de él, dirigí su cara hacia la mía, la coloqué escasos centímetros de mi rostro y le repetí. - Que me pidas lo que te faltaba, que te rompa el culo de nuevo. Su mirada fue furiosa durante unos instantes y luego bajó los ojos y susurró. - Hacelo de nuevo. - No. Así no. Pedilo claramente. Quiero escuchar las palabras correctas. - Hacelo por atrás de nuevo. Volví a tirar de su cabello para enfrentarla, alcé mi cabeza para mirarla desde arriba y no le di espacio para la duda. - Pedímelo claramente, con las palabras que correspondan, concretamente y como un ruego, una súplica. ¿Soy claro? ¿Tal vez te lo tengo que enseñar de otra manera? - Amor, te pido… por favor… que me vuelvas a… romper el culo… cuando tengas ganas… Su mirada vencida fue cobijada por mi sonrisa y por un profundo beso que conmovió su ser. La abracé, la apreté, la contuve… - Gracias amor por ser cómo sos, me hacés muy feliz, sos lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, aunque a lo mejor no lo parezca, te amo profunda e intensamente, sos la mujer que siempre quise encontrar y no podía hallar… - Gracias, me respondió conmovida, gracias por acompañarme, por enseñarme, por educarme, gracias por ser el compañero que nunca tuve. Nos encerramos ambos en un silencio reconfortante y abrazados nos dejamos llevar envueltos por la apasionante noche que estábamos viviendo. El amanecer, el cobijo del sol naciente ...