El amor de mi esclava
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos
... nos iba a traer nuevamente a nuestra gloriosa, desenfrenada y ardiente realidad. La tercera es la vencida En medio de mis sueños advertí que su cuerpo se movía como si quisiese desprenderse de mi abrazo. Abrí los ojos y pude confirmar que así era. Con suavidad quería retirar su cuerpo de entre mis brazos. - ¿Pasa algo? ¿Vas al baño? - Bueno, sí… pero en realidad quería levantarme para preparar tu desayuno y el mío. - Bárbaro, pero primero te voy a hacer desayunar yo a vos. La apreté contra mí. Mis labios se sellaron sobre los suyos. Recorrí con mi lengua las profundidades de su boca, sus orejas, chupé su nariz, absorbí sus lóbulos, transité por su cuello, alcancé sus hombros, bajé a sus ubres, las amasé, las chupeteé, absorbí sus pezones como si quisiese succionar su néctar lácteo inexistente. Volví a subir, alcancé sus ojos, sus párpados estaban cerrados, los lamí hasta que las oquedades rebosaron de mi saliva derramada. Ella me abrazaba y disfrutaba. Me enderecé, avancé mi pelvis hacia su rostro y arrimé el miembro fláccido cerca de sus labios. - Chupalo. Haceme una buena mamada. Abrió sus ojos como sorprendida y sonrió. Me lanzó una cálida mirada de hembra caliente y enamorada. - Hasta ayer nunca lo había hecho. Ayer fue mi primera vez. Fue otra virginidad que te entregué. Te pido paciencia y comprensión por mi torpeza. Necesito que me ayudes. Voy a hacer todo lo que quieras, pero necesito tu guía. - Siempre voy a estar a tu lado acompañándote. Pero ahora liberá tu ...
... instinto, tu pasión, tu deseo irrefrenable de brindarme placer y de hacerme gozar. Hacé todo lo que la hembra que llevás adentro te diga. Yo te voy a ir guiando. Acercó sus labios a mi glande y la calidez de su primer suspiro arrojado sobre esa pija deseosa la hizo encabritarse, comenzando a empinarse, desplegando su fuerza y su potencia. Con suavidad sus manos retrajeron la piel hacia la base y ella dirigió su lengua hacia allí comenzando un lento lameteo de mi instrumento de placer. Comenzó desde la base lamiéndolo como un helado hasta la punta, para volver a bajar y a subir. La lengua se posó en el surco que separa la cabeza del tronco y desplegando todo su ancho dio la vuelta en torno al tronco para luego introducirse la cabeza en la boca, chuparlo con los labios y sacarlo, repitiendo el movimiento varias veces. - Chupame los huevos. Me miró, bajó la cabeza, corrió la pija y tocó la bolsa escrotal con la punta de su lengua. Fue haciendo pequeños toques en la misma como si marcase puntitos de contacto. - Así no. Chupame desde la base de la bolsa, desde donde empieza la zanja del culo y desde allí lameme hasta el inicio de la pija. Primero recorré las ingles, una y otra, después los huevos, varias veces, de a poco. No te metas los huevos adentro de la boca porque no me gusta, solamente lamelos y chupalos. Bajó aún más la cabeza, intento acercarse al lugar que le había indicado, pero pareció como que no podía hacerlo, retrocedió y empezó desde mucho más arriba. Levanté la cabeza, ...