El amor de mi esclava
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos
... amo, te amo profundamente y estoy seguro que vos me amás de igual manera. - Sí. Te amo, perdidamente. Estoy loca por vos. - Junto a ese sentimiento existimos nosotros, nuestra realidad, nuestras necesidades, nuestras exigencias… Soy un dominante, tal vez algo sádico, pero por sobre todas las cosas soy un dominante. - ¿Qué significa eso? - En pocas palabras significa que la única manera que tengo de poder construir un vínculo estable y perdurable es si mi compañera acepta someterse a mí y, además, lo disfruta, ya que la sumisión por obligación o por solo amor siempre termina mal. ¿Necesitás que te sea más claro y preciso? - Sí, por favor. Vos mismo me dijiste que la única forma de encarar esta conversación era con claridad, precisión y compromiso. Eso es lo que necesito, especialmente compromiso. - Touché. - ¿Qué? - Es una expresión de esgrima que significa tocado. Quise decir que me contestaste con mi propio argumento y me sacudiste un chirlo verbal. - Era hora que te pudiese dar un chirlo de algún tipo, porque hasta ahora la única que los recibí fui yo. - Yo soy un dominante, un amo, un dueño, un señor, un propietario de mi pareja y necesito tener a mi lado una mujer que sea sumisa, que se entregue, que se someta y que lo haga voluntariamente pero, aparte, lo disfrute, que esa sumisión le traiga placer. Una mujer que acepte y viva que el objetivo de su vida es darme placer y que ese sometimiento al otro le cause a ella placer también. ¿Vas entendiendo? - Algo más, pero ...
... quisiera que seas aún más claro. - Mi compañera debe entregarse por completo, totalmente. Debe entregarme su cuerpo sin restricciones ni límites para que yo lo use como quiera, debe confiar en mí lo suficiente para saber que no la voy a dañar, que va a sufrir, sí, que va a gozar, también, que va a experimentar dolor, sí, pero también que va a aprender a llegar al goce supremo a través de la humillación y del padecimiento. Pero no sólo debe entregar su cuerpo, también debe entregar su mente, sus sentimientos y sensaciones y su voluntad, especialmente su voluntad. Debe entregar su mente porque yo debo conocer todos sus pensamientos y, además, compartirlos, si hubiera diferencias ella deberá aceptar y adoptar mi criterio. Debe entregar sus sentimientos y sensaciones porque debe compartir todas sus experiencias, no hay secretos, no hay reservas. Y, por último lo más importante, debe entregar su voluntad porque ella sólo puede obedecer, no toma decisiones, entrega esa facultad a su dueño y se limita a obedecer todo lo que él disponga por él y por ella. - Quiero saber si entendí bien. En otras palabras me estás diciendo que debería ser un muñeco o algo así. - No exactamente, lo que te estoy diciendo es que la única forma que sé que podemos construir una pareja estable es si vos sos mi esclava y yo soy tu amo. - Mierda… -musitó luego de una larga mirada silenciosa- creo que esto es algo que tendría que meditar cuidadosamente y con tiempo suficiente… - Por supuesto, vas a tener la ...