El amor de mi esclava
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos
... Instintivamente Claudia exhaló un quejido de asombro, cubrió su boca con ambas manos y en su rostro se dibujó una mueca de sorpresa y, tal vez, de incomprensión. - Es una… pieza de tortura… - Sí, es una cámara de torturas, como la debés haber visto en muchas películas. En un instante hemos retrocedido a la Edad Media, más o menos. - Me sorprendí. Es asombroso ver esto en pleno Siglo XXI. - ¿Te asombraste o te asustaste? - Las dos cosas. - Es fundamental que recuerdes lo que hablamos de la palabra de seguridad. ¿lo recordás? - Sí. “Rojo” o “aaaaaaaaaaaaaaa”, dijo moviendo la cabeza como le había enseñado. - ¿Estás preparada? - No sé si alguna vez se está preparada para esto. Pero tengo que superar esta etapa, así que adelante. - ¿Querés dejarlo? Podemos detenernos acá… - Si dejo esto, te estoy dejando a vos. Eso no lo haría ni que estuviera loca. Sos mi rosa y mi rosa viene con espinas, con más espinas que lo normal… - Y más duras, más grandes y más puntiagudas… La tomé de un brazo y la llevé al centro del salón. Las paredes estaban adornadas con látigos, fustas, pinzas, broches, velas, dildos, consoladores, dilatadores, brazaletes, muñequeras, tobilleras, barras, separadores y otros muchos juguetes e instrumentos. En derredor nuestro se podían ver un potro, una rueda, una cruz de San Andrés, otra rueda, pero diferente de la anterior ubicada hacia el centro, una mesa donde se ubicaban un conjunto de elementos, cadenas que colgaban del techo… Agarré sus muñecas y les ...
... coloqué las correspondientes muñequeras, que ajusté ni demasiado flojas para que se saliesen ni demasiado ajustadas que la comprimiesen demasiado. En sus pies y tobillos coloqué sendas botas que si ajusté adecuadamente. Tomé una venda y se la mostré. - A partir de que te coloque esta banda te vas a incomunicar del mundo exterior. Tu único contacto va a ser el sonido y tus oídos se van a agudizar mucho. Tu mente va a trabajar aceleradamente para tratar de adivinar -en base a lo que escuchás- lo que sucede. No te voy a amordazar porque quiero que puedas descargar tu tensión gritando y, a la vez, que te sientas segura de poder pronunciar la palabra de seguridad. Por otro lado también quiero gozar y deleitarme con tus gritos, tus gestos y las contorsiones de tu cuerpo, todo esto me va a excitar al máximo y posiblemente tenga que usarte alguna abertura tuya para satisfacerme. ¿Alguna pregunta? - Ninguna. Espero que tengas piedad de mí, que comprendas que es mi primera vez y que el destino me ayude. Adelante, soy toda tuya, dijo mirándome desde la profundidad de sus ojos húmedos que revelaban todo el temor que su cuerpo contenía ante lo que su mente imaginaba. Llevé a Claudia hacia la rueda hueca que estaba ubicada cerca del centro del salón. Frené el instrumento y la hice subir a dos pequeños escalones que estaban en la parte inferior interna de la rueda. Una vez que colocó un pie en cada escalón sus piernas quedaron totalmente abiertas, de manera que no podía acercar ni siquiera las ...