1. El amor de mi esclava


    Fecha: 28/04/2018, Categorías: Dominación BDSM Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos

    ... suaves golpes sobre la puerta de ingreso. Después de decir que entrara, la puerta se abrió e ingresó por ella la chica de ojos marrón grisáceo y de mirada triste, que me había regalado una sonrisa hacía pocos minutos. Luego de cruzar la oficina general, ingresó a mi despacho y se paró frente a mi escritorio, al lado de Jorge. En sus manos llevaba una carpeta que dejó sobre mi escritorio, resultó ser su propio legajo personal. - Jorgelina me dijo que viniese. - Sí Claudia, comenzó a hablar Jorge, que se interrumpió cuando vio el gesto de mi mano que así se lo indicaba. - ¿Qué tal Claudia? Sentate, por favor. Suavemente se dirigió a una de la sillas que estaba frente al escritorio y tomó asiento. - Claudia, necesitamos tu colaboración para realizar la auditoría de juicios, creo que tenés el perfil adecuado y necesario para ello, así que, si no tenés inconvenientes, vamos a trabajar juntos a partir del lunes. Mi frase era más una orden que una pregunta o una reflexión. El sentido de la misma era inequívoco. Ella había sido la elegida para acompañarme y así debía hacerlo. No había lugar para preguntas ni para preferencias. El camino estaba trazado y ella sólo podía seguirlo. - No sé si estaré a la altura de la tarea o de lo que usted espera de mí… No sé si soy la persona adecuada para ese trabajo, yo sólo conozco de personal… - Claudia... el lunes comenzamos, prepará tu mudanza, vas a ocupar uno de los dos escritorios que están cerca de la puerta. Yo voy a llegar al mediodía y ...
    ... me gustaría que ya estés totalmente instalada. Mientras hablaba le señalaba hacia la oficina general donde se encontraba su futuro lugar de trabajo. Claudia bajó la cabeza, como reflexionando acerca de su situación. - Nos vemos el lunes cerca del mediodía, le afirmé. Levantando la cabeza, me miró, me esbozó un intento de sonrisa y me dio la respuesta que esperaba. - Sí, señor. Como usted diga. Estoy a su disposición. Voy a hacer todo lo posible para que esté satisfecho de mi trabajo. Lo espero el lunes. - Perfecto, le contesté, así quedamos. - Si no dispone otra cosa… voy a preparar todo. - Nos vemos el lunes. Buen fin de semana. Jorge observaba la charla inmutable y silencioso. Cuando Claudia salió le dije: - Bien, ya está todo en orden. Espero que tengamos suerte. - Eso espero yo también. Gracias por ayudarme. Claudia Cuando me quedé solo, me dediqué a examinar el legajo personal de Claudia, tenía 26 años -tenemos 8 años de diferencia, ya que yo cuento con 34- y una hija de tan solo 5 años, Paola. Estaba divorciada, su pareja había durado menos de dos años, y vivía con su hija y su madre en el barrio de Floresta, muy cerca -unas 20 cuadras- de donde yo me domiciliaba. Los días fueron transcurriendo. El equipo comenzó a trabajar el lunes, ya habíamos realizado el mapa judicial y delineado con los colegas el plan de auditoría. Corría la tarde del miércoles cuando llamé a Claudia a mi despacho. - Cerrá la puerta y sentate, por favor, le dije cuando hubo ingresado al despacho. - ...
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