El amor de mi esclava
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos
... de tu humillación para que sientas claramente tu claudicación frente a mi vasallaje impetuoso e imparable. Hasta ahora no demostraste estar arrepentida de tu conducta, así que creo que es necesario seguir amansándote hasta que te conviertas en una hembra sumisa y obediente. - Perdón… estoy arrepentida… no me quise rebelar… ni resistir… sólo fue un movimiento instintivo… señor, perdóneme… por favor, perdóneme… - Puta, ¿entendiste quien es el amo? - Sí señor. Juro que voy a ser una esclava obediente y dedicada a mi señor. - ¿Querés más, perra? - Cómo mi señor disponga. Todo mi ser está a su disposición para satisfacerlo con mi dolor y con mi placer, como usted disponga. - Así me gusta, zorra, que tengas claro quién manda. Hacete una paja. Dejé de castigarla. Ella llevó su mano a su concha, abrió sus labios vulvares y empezó a acariciarse el clítoris. Mientras tanto movía su cuerpo, subiendo y bajando sus caderas. Ahora era ella sola la que hacía el sube y baja. Llevaba y traía su argolla anal excitando mi miembro. Ese devenir fue incrementando mi fogosidad, mi temperatura subía, mi calentura aumentaba en mis sienes y nuevamente sentía como se iba amontonando la leche en su desesperado intento de abandonar mi cuerpo. La miré, ella subía y bajaba con sus ojos cerrados. Parecía disfrutar plenamente de la experiencia, tanto en su ano como en su clítoris. Metió un dedo en su vagina. Lo metía y lo sacaba. Después fueron dos… Yo ya no podía aguantar más. - Paremos, porque si no voy a ...
... acabar. - Yo también estaba cerca. - No quiero terminar así. - Como mande, jefe. Estoy a su disposición. - Sacala lentamente, cuando esté afuera limpiala con la boca y la lengua. Lavala bien para que no quede en la pija ningún resto de tu culo. Metétela en la boca hasta el fondo y dejala brillante y lustrada para la próxima cogida. Ella la extrajo de su entraña, la tomó en sus manos y comenzó a deslizar su lengua por toda su superficie, luego la engulló lentamente pero sin parar hasta que todo el miembro había desaparecido dentro de su boca. La estaba higienizando concienzudamente. Había entendido la consigna y la estaba desarrollando a la perfección. Acaricié su pelo, deslicé mis dedos entre sus cabellos. - Bien Claudia, te estás comportando a la perfección. - Gracias, amo. - La verdad no se agradece, se merece y vos te la estás ganando con el dolor de tu propio culo. - De mi culo, de mis tetas, de mis piernas, de mi concha, de mi cara y de cualquier otro lugar que mi dueño desee utilizar para mi castigo. - Ahora nos vamos a mandar una flor de cogida, desenfrenada, lasciva, lujuriosa, pero va a ser una cogida seria, pura concha y nada más, por eso te exigí que la limpiases bien. Acostate boca arriba, abrí bien las patas, levantalas y entregá tu sexo para celebrar la culminación del ritual de nuestro desaforado acople. - Mi concha es tuya para lo que quieras. Se recostó, abrió las piernas, las levantó totalmente, se la sostuvo de las corvas de las rodillas y suplicó que se la ...