Mi Cuñada...
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Primera Vez
Sexo en Grupo
Voyerismo
Autor: Etalon30, Fuente: xHamster
... pero en el hemisferio contrario y al llegar a su ingle, mi lengua se detuvo, voltee a mirarla y ella me suplicó con un gesto. Delicadamente deslicé mi lengua por su vagina, estaba totalmente lubricada, la introduje una y otra vez mientras Gaby se contoneaba de placer, sus manos me tomaron con fuerza de los cabellos y una vez más guiaron su goce, ya no sabía si yo incrustaba mi boca en su sexo o si su sexo se incrustaba en mi boca. Ese característico sabor salado del sexo de la mujer es delicioso, pero en mi cuñada tenía un sabor particularmente fuerte, tal vez por tanto tiempo de contención y espera.Mientras le daba una sesión de sexo oral digna de admiración, acariciaba su exuberante culo, lo guiaba hacia mí, y ella cooperaba con sus movimientos y con su ronroneo de gata en celo.Era el momento indicado, Gaby estaba lista para darme el más grande regalo que una mujer puede dar a un hombre: su virginidad. La miré a los ojos en una actitud muy seria y le dije:- ¿Quieres hacerlo?Quería darle la oportunidad de arrepentirse de última hora, parece mentira pero quería que lo que hacíamos fuera de común acuerdo. Con una mirada más que elocuente ella respondió:- Si, hazme el amor por favor“¿Por favor?”, una hembra como ésta podría tener a los hombres que quisiera solo con un guiño, y a mí me lo estaba pidiendo “por favor”, no cabe duda que en ese preciso instante yo era el hombre más afortunado sobre la faz de la tierra.La ayudé a recostarse a todo lo largo en el sillón, y me recosté ...
... sobre ella, abrí un poco sus piernas y apunté mi desesperada erección a su sexo. Mientras la besaba en los labios, lentamente fui ingresando en el paraíso, el calor que rodeaba mi pene era único, su humedad, juro que podía sentir en mi pene los latidos de su corazón a través de su vagina; procedí con toda calma, no quería lastimarla, no quería desperdiciar este momento único en la vida de una mujer. La lubricación de los juegos previos había funcionado a la perfección, hubiera podido hundir mi virilidad hasta el fondo con un solo empujón; pero no lo hice, tomé el camino difícil pero más redituable: la paciencia.Esperé a que Gaby se acostumbrara a mi miembro dentro de ella, tenía sus uñas enterradas en mi espalda, los ojos entrecerrados, la respiración contenida, no se movía. Mientras tanto yo hacía pequeños movimientos hacia los lados para dilatar un poco su conducto al centro del universo; sabía que ella me indicaría cuando estuviera lista y así fue; de pronto empezó a empujar su pelvis hacia mi pene, noté que estaba ansiosa por sentirme. Con esta indicación me inicié un viaje hacia el fin del mundo, comencé a embestir ese delicioso y virgen coño, en cada penetración profundizaba si acaso un milímetro o dos, quería que durara por siempre.Después de algunas embestidas, en las que me era prácticamente imposible no penetrar más, toqué esa delicada tela que divide a las señoritas de las señoras, la punta de mi pene sintió con toda claridad esa fina capa que divide la edad de la ...