Mi Cuñada...
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Primera Vez
Sexo en Grupo
Voyerismo
Autor: Etalon30, Fuente: xHamster
... Gaby de la cabeza. Nunca había sido infiel a mi mujer, de hecho me sentía muy afortunado de haber encontrado una mujer tan hermosa, y ahora que lo era, no podía ser infiel a mi amante: que paradoja.Durante todo el trayecto sentía la opresión en el estómago del primer amor, en realidad tenía la certeza de no estar enamorado de Gabriela, lo que experimentaba era un deseo profundo de posesión. Deseaba poseer a Gabriela como el pobre desea poseer dinero, como el que cultiva tierra ajena desea poseer la propia, como el hambriento desea comida. En solo un par de días Gabriela se había convertido en el centro de mis pensamientos: una obsesión.Al llegar al aeropuerto de la Ciudad de México fui el primero en salir del avión, prácticamente corrí al carrusel del equipaje, esperé con cierta desesperación a que mi maleta apareciera, y como siempre sucede, mientras más prisa tienes de salir del maldito aeropuerto, resulta que tu maleta es la última en aparecer, después de que el resto de los pasajeros del mismo vuelo salieron y te miraron con cara triunfal. Tomé mi maleta y salí corriendo a migración, pase los trámites de rigor, el semáforo en la aduana, y para mi mala suerte me tocó en rojo.- C h i n g a d a m a d r eLos tipos de la aduana revisaron meticulosamente mi maleta, llena de ropa sucia, insistían en encontrar algo, como si de un narcotraficante se tratara, o quizás de un contrabandista de joyas o de especies, que se yo. Me parece que vieron en mí la desesperación de salir ...
... cuanto antes, y eso me convirtió en blanco de la revisión. En fin, los nervios me estaban traicionando y no podía permitir que Gabriela me viera así, necesitaba tranquilizarme, mi conducta tendría que ser plenamente controlada.Salí del aeropuerto, atravesé el puente hacia el hotel, llegué al lobby, prácticamente iba corriendo. No quería que nadie me reconociera, si bien no era un lugar que frecuentara, ya he dicho que algunos empleados me conocían. Fui directamente al elevador, piso 6 habitación 609.- Carajo, que buena suerte, no podía haber sido un mejor número.Llegué a la habitación un tanto agitado por la carrera, hice una pausa para recomponerme y toqué 3 veces: tac tac tac. Nadie respondía, eran pasadas las cuatro de la tarde; volví a tocar: tac tac tac. Esperé unos segundos, Acaso sería posible que Gabriela no hubiera asistido a nuestra cita, o peor aún que se hubiera cansado de esperar y se hubiera ido m*****a por mi retraso. Maldición, maldito aeropuerto, maldita migración, maldita aduana; el enojo subía a mi cabeza en un torrente de adrenalina y bilis combinado que sabía me haría estallar en cualquier momento. Insistí sin éxito, Gabriela no estaba detrás de la puerta, la aventura no continuaría el día de hoy.Enfilé al elevador bufando de coraje y mentando madres en voz baja. Metros antes de llegar, escuché el timbrazo y vi salir una maravillosa imagen: Gabriela, lucía un vestido gris con rayas en colores obscuros de alguna tela que lucía muy elástica, la parte superior se ...