Historia del chip (029) Un lugar público - Enko 001
Fecha: 23/09/2017,
Categorías:
Control Mental,
Dominación
Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... -generalmente William-, llevaba una camiseta larga y se quedaba descalza. Pero hoy se puso un salto de cama, que era la señal de una velada especial. Era prácticamente transparente y tan fino, que Isabel ni siquiera sentía que lo llevaba puesto. William prefería que llevase algún tipo de prenda, le gustaba quitársela para iniciar el acto sexual. En cambio, dos de sus amantes preferían que estuviera desnuda y uno que llevara tacones y pendientes. Isabel tenía en cuenta las preferencias de cada uno. Enko había aprobado personalmente el vestuario de Isabel, ajustándolo a los deseos de cada hombre. Lo que variaba un poco más era lo que Isabel llevaba puesto después del intercambio sexual. Con los amantes, era casi siempre una camisa de hombre. Con William, el salto de cama. Un marido tiene sus privilegios. Llegado el sábado, ya establecida la venda como artilugio habitual, fueron a cenar a un famoso restaurante, uno de los favoritos de ambos. Isabel llevaba un vestido espectacular, con un escote en V, abierto hasta el ombligo. De esa manera, William podría disfrutar de los senos sin cortapisas durante la velada —Amor, quiero ofrecerte algo— empezó Isabel, una vez les trajeron el vino. —Me lo imaginaba— reconoció William. —No necesitas estar nerviosa. — Sólo es un poco de vergüenza. ¿Sigues saliendo con la brasileña? — Sí. Es estupenda. — ¿Y te gustaría programarle el chip? William no entendió la pregunta por instante. —¿Por? — Sabes de la suerte que tengo. Disfruto más a través ...
... de los pechos. — Lo que no significa que debas favorecer a otra mujer. — Lo sé… y a la vez el reloj vuela. No creo que encuentres otra mujer como yo. Ahora disfrutarás de tu jovencita unos años y luego la cambiarás. Pero así te mantendrás conmigo. — ¿Puedo pensarlo? — El tiempo que quieras. En realidad, lo que te ofrezco es que uses tu licencia sobre el chip a tu gusto. — ¿Sin contrapartidas? ¿Seguirás casada conmigo? — Me permites tener mis amantes y quiero seguir contigo. Eso me basta. — Eres muy generosa. Tenemos un trato. *—*—* Un par de semanas después, cuando Isabel y Enko se encontraron, ésta le confirmó que ya había hablado con su marido. —¡Así se hace! ¿Estás bien? — No lo sé. Él parece muy contento, yo, por mi parte, tengo algo de miedo. — Lo puedo entender. Ven. Isabel ya estaba desnuda, esposada y vendada, hablando con él en la cama. Tenía totalmente integrada esa disposición, el ofrecerse sin limitaciones a sus amantes. Y más con Enko. Simplemente acercó un poco los pechos para que los disfrutase con las manos. No tardó ni un par de minutos en tener su orgasmo. Ya sin chip activado. Enko no dejó de acariciarla y pronto tuvo Isabel su segundo clímax. Y un tercero. Pidió clemencia y para compensarle abrió más las piernas y se deslizó hacia atrás. Enko la penetró sin miramientos. Y eyaculó tan rápido que a Isabel le hubiera gustado poder verle la cara en estado sublime. Era algo que ya no tenía a su disposición salvo que su amante se decidiese por quitarte la venda. ...