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En el probador del Zara del Factory
Fecha: 29/04/2018, Categorías: Fetichismo Hetero Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
... llenaba ese olor. Sin borrarse la sonrisa de los labios se giró y me dijo que entonces estaba la elección hecha y que se llevaría esos. Me dio las gracias y si inclinó para mi para darme un beso en una mejilla. Yo me quedé helado. No, no soy un tío atractivo. Soy un tío del montón. Sabéis lo que es la campaña de Gauss? Pues yo estoy sentadito en toda su cúspide. En la más absoluta normalidad. No soy horrible, pero tampoco un chico de revista. Soy… no sé… normal. Y nunca me había pasado algo así. La situación me gustaba pero también me ponía muy nervioso. Pero bueno… Con un “de nada” me despedí y me dispuse a salir. -Esto… - escuché su voz – me sabe mal abusar de ti… pero podría pedirte otra cosa. -Di… dime. -Es que este pantalón tan apretado es jodido para quitar y además tengo un golpe aquí – se señaló la espalda – y me cuesta, la verdad. Te importaría ayudarme? Ayudarla a quitarse el pantalón? Yo no sé ni como reaccioné. No recuerdo que dije o cual fue mi reacción. Lo siguiente que tengo claro es que ella se agachaba, quitaba la ropa del banco, se desabrochaba el pantalón y se lo bajaba de espaldas a mi hasta las rodillas. Ante mi apareció un magnífico culito cubierto por unas braguitas verdes. Uno de los laterales de la braguita estaba recogido, plegado, dejando a la vista una porción de carne brillante, inmaculada, que cautivó cada uno de mis sentidos. La camiseta, ahora suelta tapaba el tatuaje, pero poco más. Ella se volvió a girar quedando frente a mi y se sentó en el ...
... banco. -Es que… estos pantalones hacen buena silueta pero no veas para sacarlos. Se quedan pillados en los tobillos y… -dijo levantando levemente hacia mi uno de los pies que sostenía el pantalón enredado. Me vi agachándome y agarrando el pantalón para sacárselo por el pie. Las uñas del pie iban pintadas de un celeste algo metalizado. Al otro lado del pantalón se vislumbraba un muslo que me pareció enorme, redondo, que gritaba “bésame, muérdeme”. Y entre los dos muslos un triángulo verde que se perdía entre ellos. Ese lado del pantalón salió tras algunos movimientos. Bajó ese pie y subió el contrario. Le agarré el pantalón y me dispuse a hacer los mismos movimientos para que saliera también. Pero ella se movió e hizo algo que no esperaba en aquella situación de excitación. Subió algo más el pie y lo llevó junto a mi boca. Con los dedos de ese pie recorrió mis labios. Yo la miraba a los ojos. Unos ojos oscuros que me miraban sonriendo. Pasó los dedos de derecha a izquierda por mi boca y luego al revés. Allí los detuvo. Un segundo después presionaba con el dedo gordo del pie y con el siguiente mis labios, como indicando que abriera la boca. Algo a lo que yo accedí. Sentí sus dedos haciendo ahora el mismo recorrido pero con mi boca abierta. Sentía su roce en mis labios, en mis dientes. De un lado a otro. Y vuelta atrás. Cuando paró ese movimiento hipnótico le besé suavemente el pie. Su sonrisa se acrecentó. Sentía el sabor de su pie en mi boca, su olor… era… dulzón? No lo puedo ...