1. Bailando en la noche


    Fecha: 01/05/2018, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... deslizar por mi boca y cuello. Poco a poco también mis manos se fueron soltando y a los pocos minutos ambas nos acariciábamos y besábamos lujuriosamente. Terminado el baile todo se desató. Rápidamente nos desnudamos, fui recostada en el suelo y la lengua de Mónica recorrió todo mi cuerpo sin ninguna restricción. Se detenía preferentemente en mis pechos y en mi trasero y cuando le correspondió el turno a mi sexo un escalofrío excitante me invadió por completo logrando a los pocos minutos obtener un orgasmo fenomenal. Durante toda la noche nos amamos intensamente, mi lengua y mis manos aprendieron a plenamente con una mujer y pude comprender que no tan solo con la penetración sexual se logra un buen orgasmo. Al día siguiente, ya al atardecer, luego de un día dedicado exclusivamente a adentrarme en el conocimiento de esta nueva conducta que me había apoderado placenteramente, nos duchamos, luego Mónica me pidió que me vistiera con unas prendas que ella me iba entregando. Un diminuto calzón tanga y un portaligas con un par de medias negras; un pequeño sostén que cubría una mínima parte de mis pechos y una pequeñísima minifalda completaron mi vestimenta. Ella, por su parte se había vestido en forma idéntica, realmente estábamos hermosas. Luego, fui maquillada provocativamente y gracias a los tonos fuertes que empleó logró cambiar mi rostro, resultando irreconocible para quien me conociera. Una vez terminada la tarea nos dirigimos hacia el centro de la ciudad ingresando a un ...
    ... elegante local. Una vez instaladas allí, Mónica me confidenció la verdad. Era un local de toples de alto nivel, ya que para ser clientes se exigía una sólida posición económica. Allí se bailaba y si se tenía suerte se podía enganchar a algún cliente los que se caracterizaban por su abierta generosidad. Mónica me presentó al dueño como una amiga que quería hacer algo de dinero. Nos dirigimos a su oficina. Una vez allí, me solicitó que me desnudara al compás de una suave melodía. Me costó mostrar mi cuerpo a un desconocido, pero Don Pedro, el dueño del local, tuvo la suficiente sabiduría para descubrir en mí algunas condiciones que me hacían apta para el trabajo siendo contratada como bailarina a prueba. Sabiendo Mónica las reglas del juego, me animó con un trago. A los pocos minutos detonó en mi cuerpo una inmensa sensación de lujuria la que aumentó intensamente cuando comencé a observar la rutina de mi amiga mientras bailaba arriba del escenario; se despojaba pausadamente de toda su ropa quedando en breve completamente desnuda, luego, con exóticos movimientos de su cuerpo comenzó a pasearse por entre las mesas esquivando hábilmente las manos de los clientes, quienes desesperadamente deseaban tocar ese hermosos cuerpo. Todo terminó luego que subiera nuevamente al escenario y se masturbara suavemente. Su rutina fue intensamente premiada con cálidos aplausos los que me indicaban que había llegado mi turno. Ingresé completamente excitada al escenario. Lentamente me desplacé por él ...