1. El joven de al lado


    Fecha: 01/05/2018, Categorías: Voyerismo Autor: van sedefaar, Fuente: RelatosEróticos

    ... por qué en un segundo, en tan solo un segundo, mientras me tenía apretada por atrás y por delante, abrí más mis labios y rocé un par de veces su lengua joven con la mía; pude sentir cómo nuestras salivas que estaban a punto de hervir, se mezclaban y se deslizaban en partes iguales dentro de nuestras gargantas.Después abrí mis ojos como platos, cerré mi boca y gruñí como un animal mientras me retorcía para zafarme de sus brazos. Era más pequeño que yo, pero la fuerza de su deseo lo hacía muy difícil de quitar. Al fin pude zafarme de sus brazos y lo golpeé con una cachetada que sonó casi en toda la calle, le dije que estaba loco y que se arrepentiría de eso. Él se alejó de mí lentamente, y recobrando la mirada inocente y de niño que tenía antes de que lo poseyera la excitación, se alejó corriendo con cara de asustado y una gigantesca erección bajo el shorts donde ya se dibujaba una mancha húmeda.Quedé en shock y me llevé la mano al seno y a la nalga que me había lastimado segundos atrás y me sobé por el dolor que empezaba a sentir. Tendré que hablar con sus padres de esto, pensé.Dejé las herramientas donde estaban y entre a la casa convencida de que esto se tenía que terminar. Ese escuincle se estaba saliendo de control, más adelante quién sabe de qué sería capaz. Estaba totalmente obsesionado y loco por mí. Sí, definitivamente esto tenía que terminar.Entré a la casa con la firme intención de hablar a los vecinos y acabar con esto de una vez. Pero cuando estaba sentada ante el ...
    ... teléfono, ya no estaba tan Segura de querer que esto terminara. De hecho, estaba empezándome a tocar entre las piernas con el teléfono, y es que la forma en la que me había apresado me parecía ahora tan caliente que en pocos segundos terminé por tener un orgasmo.Parte 3[[[ 8 ]]]El shockEl shock después de lo sucedido habría de durarme casi 3 días. En cualquier actividad en la que me encontrara en la soledad de mi casa, siempre terminaba por evocar el episodio del jardín. Lo recordaba una y otra vez, con la mirada perdida y los labios entreabiertos no logrando precisar si todo había sido producto de mi cada vez más decadente cordura o si en efecto, había ocurrido. Pero no podía engañarme por más que deseara que así fuera. Las marcas en mi trasero (en mi poma izquierda para ser más certeros), y en mi seno derecho, que ya empezaban a tornarse de un preocupante tono azul verdusco, dejaban completamente claro que de hecho, lo sucedido había sido muy real. El me había tomado como un objeto y me había besado de la manera más sucia que jamás nadie me había besado. Su lengua invadió mi boca y soltó un veneno con saliva que hervía intensamente. Sus manos habían sido dos pinzas que me apresaron y me empujaron hacia casi al borde de mezclarnos en uno solo. Pero no fueron estas cosas las que lograron que estuviera tan a su merced, sino ese oscuro y corrupto deseo hacia él que en el momento del ese climax hicieron que me derritiera y quedara sin fuerzas para oponerme a él. Por eso cada vez ...
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