Madres sacrificadas 1: Cecilia paga por los pecados del hijo
Fecha: 02/05/2018,
Categorías:
Incesto
No Consentido
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... llegó otro video más largo, que mostraba de muy cerca, cómo la chica los mamaba, hasta que ellos acababan en su boca. No quería mirar, le daba repulsión, pero necesitaba estar segura de que tenían algo en contra de su hijo. Mientras el último hombre eyaculaba sobre la cara de la víctima, Cecilia creyó reconocer el pantalón de Tomi, pero quienes le enviaban el video necesitarían mucho más que eso para sacarle plata, porque estaba segura de que era eso lo que querían. Como respuesta a este pensamiento, el celular que usaban como filmadora hizo un movimiento rápido hasta enfocar a un chico rubio, de ojos verdes, con una sonrisa burlona dibujada en la cara. Era su hijo, Tomi, que mirando a la cámara dijo “bueno señoras y señores, así es como se convence a una pendeja calienta pavas de que chupe tres pijas” y el video finalizó. Cecilia no podía creer que su hijo fuera tan miserable, y sobre todo tan estúpido. ¿Cómo era capaz de obligar a una pobre chica a hacerle sexo oral? ¡Y encima grabarlo todo! Estaba furiosa, sentía cómo la ira se convertía en calor y enrojecía su rostro. Sus dedos se cerraron con fuerza y formaron dos puños. Se había olvidado que tenía el celular en una de sus manos y sólo cuando sintió quebrarse la pantalla volvió en sí. Aun dañado, el celular funcionaba y pudo ver que tenía nuevos mensajes. “mire Cecilia, se la vamos a hacer corta” decía “Su hijo puede ir en cana si difundimos ese video, y la carrera de su marido se viene abajo, así que usted nos va a ...
... pagar por nuestro silencio, y no vaya a pensar que el precio se abona con plata”. Cecilia estaba aturdida, no entendía qué pretendían aquellos chantajeadores, aunque en el fondo lo intuía. “¿y entonces qué quieren?”, les escribió con las manos temblorosas por los nervios. A los pocos segundos llegó la respuesta. “señora, usted es muy hermosa e inteligente, no nos haga explicar obviedades… Mañana le vamos a mandar un mensaje con una dirección a la que va a tener que acudir en un lapso no mayor a dos horas. Desde ya le digo que la cita va a ser bastante lejos de su casa, así que esté preparada desde temprano para llegar con tiempo”. No sabía qué contestar, por lo que optó por no hacerlo. Estuvo toda la tarde nerviosa y enojada. Pensó en llamar a Tomi para putearlo y recriminarle lo que hizo; también se le ocurrió dejar que los chantajeadores hagan lo que quieran con aquel video. Al fin y al cabo, su hijo merecía pagar por lo que le hizo a esa pobre chica. Pero luego lo recordó cuando todavía era un niño inocente, un niño normal, sin ambición ni maldad. Entonces se culpó a si misma porque en definitiva, los defectos del hijo sólo mostraban sus propias falencias como madre. Todo el día estuvo pensando en aquellos mensajes, en aquel video, en todas las alternativas que tenía. Su esposo Fernando la notó extraña durante la cena, pero cuando le preguntó qué le pasaba, ella le contestó que estaba de mal humor por el período. Esa noche se hizo larguísima, el reloj de la mesita de luz hacía ...