1. Mi profesor me convirtió en su esclava (I)


    Fecha: 03/05/2018, Categorías: Dominación Autor: karen69, Fuente: CuentoRelatos

    ... el trayecto iba con la mente en blanco y la mirada perdida, parecía que tuviera un piloto automático, todo lo hice de manera inconsciente, me refiero, a montarme en el metro, bajarme, subir al bus, llegar a mi casa, abrir la puerta, todo. Cuando me di cuenta, estaba desnuda, delante del espejo de mi habitación contemplando mi cuerpo. Mis pezones aún seguían duros. Mi vulva brillaba aun de jugos vaginales, todo esto producto de una irrefutable excitación. Me odie a mí misma por haber gozado todo esto, y por sentirme aun excitada de semejante ultraje. Me metí a bañar, con agua helada, en la ducha me perdí en mis pensamientos, y a pesar de estar el agua bien fría, la única manera de que se me apagara el fuego uterino fue masturbándome como posesa, dándome dedo en mi vulva, en mi clítoris, pensando en todo lo que Martin me hizo. Tuve 3 brutales orgasmos. Paso una semana desde el día en que el hijo de puta abuso de mí. Las clases continuaron normalmente, aunque ahora por alguna extraña razón cada vez que veía a Martin me comenzaba a excitar. Esto, por supuesto, me molestaba muchísimo, ¿Cómo podía excitarme después de lo que me hizo? No solo me reprochaba esto, sino que cada vez que sus ojos se encontraban con los míos, yo humillaba la mirada bajando la vista al piso, además de sentir una buena punzada en el estómago y los senos producto de la ya mencionada excitación. ¿Cómo podía ser? ¿Por qué no mantenía mi cabeza en alto? Me odiaba a mí misma por todo esto, y más aún, por los ...
    ... orgasmos que tuve no solo aquel día, sino los días siguientes, porque más de una vez repetí las pajas pensando en ese día en la oficina de Martin. Paso otra semana y Martin me cito en su despacho, así que después de la última clase acudí a dicho llamado. Toque la puerta y me ordeno pasar, cosa que hice para verlo de nuevo sentado detrás de su escritorio, leyendo el mismo libro. Sobre el escritorio tenía una laptop entreabierta. -¿Me mandó llamar? –le pregunte. No sé porque, pero lo hice con muchísimo respeto, sin tutearlo, y con una voz tímida. -Claro, siéntate. –me ordeno, colocando su libro a un lado de la laptop. Me senté en una de las sillas dispuestas delante de su escritorio, y al hacerlo, vi el título del libro: “La historia de O”. No le preste mucha atención a este detalle. -Karen, Karen, Karen…-me dijo, luego de dar un suspiro y reclinándose en su cómodo sillón. Me veía directo a los ojos, y yo mantenía mi mirada en el escritorio, nerviosa, excitada y molesta. Unos segundos de silencio pasaron. –Iré directo al grano. Sigo sin sentirme satisfecho por tu segunda disculpa. -No me jodas Martin…-le dije. Comencé diciendo la frase en voz alta, pero luego la intensidad de mi voz fue bajando a un tono bastante tímido y sin ánimos, más que todo por notar la falta de respeto con la cual me estaba dirigiendo a él. Esto me molesto más, no tenía por qué respetarlo. –lo tengo a usted grabado en mi teléfono diciendo que lo del otro día sería cosa de un solo día y ya. –le dije con el ...
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