Mi profesor me convirtió en su esclava (I)
Fecha: 03/05/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: karen69, Fuente: CuentoRelatos
... fuerte azote en cada nalga al azar (o mejor dicho, al antojo de Martin) pero al llegar a la número 45 no pude evitar lanzar otro gritito por lo cual tuve que comenzar de nuevo. -Con razón repites mi materia –me dijo con ironía –si no sabes hacer las cosas bien a la primera… Ay Karen… ¿Que hare contigo? –dijo, para acto seguido pasar su mano por mi vulva. Dado el nivel de excitación de mi cuerpo, cosa que me extraño porque los azotes no solo me dolieron, sino que me calentaron bastante, mi vulva estaba humedecida. Por supuesto, Martin lo noto, y se iba a aprovechar de eso para humillarme. –¡Pero si estas mojada! –dijo mientras me palpaba los labios vaginales con dos dedos, sobando y esparciendo mi jugo vaginal a lo largo y ancho de mis genitales, incluyendo el culo. –Pues ya veo que te gusta lo rudo, eres una puta kinky… La vamos a pasar muy bien juntos jajajajaja –dijo mientras continuaba esparciendo los jugos, prestándole cierta atención a mi ano. Luego llevo los dedos llenos de jugo a mi rostro, inclinándose un poco sobre el escritorio, y me los paso por la nariz –Olfatea perrita, olfatea… Ese es el olor de tu deseo, de tu deseo por mi jajajajaja –me dijo. No pronuncie palabra alguna, estaba asustada, más que todo por sus intenciones con mi culo. Me metió los dedos en la boca y me hizo chuparlos. No es la primera vez que me como mis propios jugos, en mis aventuras sexuales anteriores ya lo había hecho, e incluso en mis sesiones de masturbación, por alguna razón eso me ...
... excitaba. Aun así, el hecho de que vengan de los dedos de este imbécil me provoco gran repudio, pero chupe y lamí para no hacerlo molestar. Había dicho que sería complaciente con él, y quería serlo para que todo este lio terminara de una vez por todas. Luego de hacerme chupar sus dedos, los volvió pasar por ano, sobándolo suavemente. Debo admitir que este trato me excitaba, pero me daba mucho miedo hacerlo por allí. Nunca había metido nada en ese agujero, y quería que se quedara así de por vida, pero Martin no estaba dispuesto que así fuera al parecer, y me metió un dedo, no sé decir cual, en mi culo, empujándolo suavemente hasta que entro completo hasta el nudillo. Me dolió mucho, a pesar de estar lubricado por mi saliva y mis jugos vaginales. No pude evitar retorcerme suavemente del dolor, no quería darle el gusto de verme sufrir, cosa tonta la verdad, él sabía que me dolía. –que huequito tan apretadito… mucho placer puede dar jajajajaja -Martin por favor… no por ahí… por favor te lo ruego –le dije con voz débil y temerosa, mi cuerpo se estremecía no solo del dolor, sino del placer, y no quería que el descubriera ese último detalle. Me estaba excitando enormemente lo que me hacía a pesar de dolerme y de ser algo tan humillante, porque seamos claros, ¿Qué es más humillante que te metan un dedo en el culo? y más aún si es alguien que detestas. -Cállate la boca puta, ya tienes muchos castigos ganados como para estar cometiendo más errores. –me dijo, al tiempo que con su otra mano ...