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Diario de una ninfómana: Mi boca y mi sexo eran suyos
Fecha: 03/05/2018, Categorías: Confesiones Hetero Autor: Cirorock31, Fuente: CuentoRelatos
... boca. German me agarró muy fuerte y me metió la lengua como si estuviera loco. Me empezaba a dar cuenta que estaba con un perfecto seductor, un degenerado que le gustaba culear a cuanta zorra se le cruzara en su camino. Allí empezó a conquistarme con sus dedos manoseando mis pechos. Sus manos se deslizaban milimétricamente por todas mis partes íntimas. Apretaba mis pechos y yo no me quejaba, quería que lo hiciera más veces. Cuando él me sacó mi pantaloncito, luego fue por mi tanguita roja y cuando ambas prendas se deslizaban bajando por mis piernas, German metió un dedo en la cola. Me metía y me sacaba su dedo índice que se colaba por mi ano, mientras mi cuñado contemplaba en silencio mi precioso culo. Siguió con su juguetona lengua saboreando mi orto. ¡Debo confesar querido diario que me encantaba eso! Después metió su boca y lengua por mi conchita. La tenía toda mojadita y él saboreaba todos mis jugos. - "¡German era un bruto!" Él siguió lamiendo mis partes íntimas una y otra vez. Me levantó como un animal y me dio vuelta haciendo la "69" mientras ambos estábamos sentados en el sofá del living comedor. Yo agarré su pija y empecé a pajearle y chupársela toda. ¡Me encantaba! Mi cuñado me decía cosas, ...
... creo que eran cochinadas, cuando descansaba de chuparme mi culo y mi vagina metía sus sucios dedos en mí. Me gustaba mucho todo lo que me hacía. Chupé tanto su falo que sentía como me dolía la boca. También tenía mi boca llena de su semen, aquel que probara mi hermana. Ahora yo saboreaba ese manjar de dioses, me daba cuenta que era toda una puta y podía ver como satisfacía a mi cuñadito. Ya no me importaba que él fuera el novio de mi hermana, lo quería todo para mí. Me tenía boca abajo y de repente me dio vuelta como una media. Lo miré a los ojos y ambos nos besamos (él probo su propio semen de mi boca) y después me tiró al sillón. Allí me puso en cuatro y me cogió como un vigoroso hijo de puta. Me metía la pija con fuerza para escucharme gemir y suplicar, pero le suplicaba que no me sacase su pija de mi concha. Así estuvo un buen rato hasta que explotó dentro de mí. No tenía preservativo así que sentí toda su leche como se escurría entre mis labios vaginales. Ambos sudábamos sexo por tanta lujuria de media noche y nos dimos una buena ducha. Al otro día vino mi hermana y nos saludamos como siempre. Mi cuñado la recibió con un beso en sus labios. Los mismos labios que habían probado mi sexo y mi boca". FIN.