Juegos en altamar con la hermana de Rafa
Fecha: 05/05/2018,
Categorías:
Lesbianas
Erotismo y Amor
Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos
... reír a las dos con sus tonterías. Su padre me explicó lo veloz que era el yate y lo bien equipado que estaba. Se hizo de noche y el astro Sol se ocultó por el horizonte y el mar se oscureció. Marisa y yo nos quedamos solas en cubierta, mientras Rafa y sus padres preparaban la cena bajo cubierta en la cocina americana. Hablábamos las dos apoyadas en la barandilla viendo el mar, la luna brillaba sobre las aguas y ya había refrescado. Nuestras manos estaban tan cerca que se rozaban. Yo mantuve mi mano, ella por un momento también, después la retiró. Le pregunté: —Marisa, tú tienes novio. —No, no tengo ahora Margarita, tuve novio en el instituto, pero era tan posesivo que me cansó. ¿Rafa y tú vais en serio? —No estoy segura, nos conocemos desde hace poco; el tiempo lo dirá. La cena fue de marisco, ostras y canapés; también pusieron champaña y refrescos; yo me tomé una Coca-Cola, que es lo único que bebo además de agua. Tras la cena, Marisa y sus padres bajaron a sus camarotes. Rafa y yo, solos en cubierta, nos dijimos todo lo que llevábamos dentro, él volvió a pedirme perdón. Luego me besó en la boca intensamente, metió una mano bajo mi falda y apartando mis braguitas me agarró el chocho con dos de sus gruesos dedos; sacó la mano y me habló al oído: —Que ganas de follarte, mi zorrita pelirroja, que pena que tenga que esperar. —No me gusta que me llames zorrita, ni de broma, ¡vale Rafa! —Vale Marga, soy tan travieso —no seguí la conversación, por tontorrón. Bajé al camarote, ...
... Marisa estaba leyendo en su cama, con un pijama corto de verano puesto. —Voy a ducharme Marisa, ¿dónde está la ducha? —La puerta de al lado Margarita —dijo con un brillito en la mirada. La ducha, muy pequeña, tenía una puerta "recortada" a media altura; de tal modo que si pasaban por el pasillo me veían los pies y la cabeza. Me duché con agua caliente y me enjaboné bien mi melena y luego me sequé con el secador. Entré en el camarote de Marisa, envuelta en mi toalla; había decidido que me acostaría desnuda en mi solitaria y pequeña cama frente a la de Marisa mientras hablábamos las dos. Al empezar a levantar la colcha, ya quitándome la toalla, Marisa me dijo que esperara. —Margarita, esa cama está rota, tiene la colchoneta muy desarmada, ¿no te dijo Rafa que dormiríamos juntas? —Si pero creía que se refería al camarote, por cierto, llámame Marga cielo. —Vale Marga, tienes que dormir conmigo, en mi cama, la otra cama está fuera de juego. Bueno, qué emoción, "no solo no dormiría sola", sino que su cama era pequeña, rozarse por lo menos se hacía inevitable. —De acuerdo Marisa, me pondré unas braguitas primero, porque pensaba dormir desnuda, al dormir sola. A mí me da igual, pero supongo que no te gustara que me meta desnuda en tu cama, ¿verdad cielo? —Como quieras, yo cierro los ojos y tú te metes como quieras —dijo tan tierna, con los ojos apretados y una sonrisa nerviosa. Abrí mi maleta, cogí unas braguitas y cuando me las iba a poner lo pensé mejor y las dejé en la solitaria cama. ...