1. Despertar Otoñal


    Fecha: 06/05/2018, Categorías: Gays Autor: diabolo2010, Fuente: SexoSinTabues

    ... rodillas levantó el trasero poniendo ante mis ojos el culo mas bonito que he contemplado: un agujero pequeño, sonrosado y bien plegado, totalmente depilado flanqueado por un par de hermosas aunque pequeñas nalgas, completando el cuadro el fruto prohibido y recordatorio de la masculinidad de mi chica: unos huevos colgando junto a una pequeña verga también bien depilados, que debo admitir, ni me parecieron desagradables ni redujeron mis deseos de hacer el amor. De manera natural besé sus nalgas y posé mi lengua sobre la entrada de su hermosa cueva, y me deleité viendo cómo se fruncía al contacto mientras ella gemía de placer. Atendiendo sus palabras, tomé una crema que tenía en el buró y se la apliqué en el ano así como en la cabeza de mi verga, y empezamos así a disfrutar las glorias del sexo anal, que no era desconocido para mi, pues era práctica común cuando cogías con las secretarias de la empresa, pero hacerlo a un chico, y ciertamente a un chico muy atractivo, me excitaba muchísimo. Su apretado culo se fue ensanchando hasta recibir toda mi verga, que es de largo normal pero un poco gruesa, a mis embestidas respondía con rítmicos retrocesos y su esfinter me apretaba de una manera extraordinaria mientras yo le decía una mezcla de palabras románticas y sucias al mismo tiempo que apretaba sus pechitos y besaba y mordía sus orejas y su cuello, mientras el se limitaba a gemir y de forma entrecortada decía una y otra vez: "así papi, que rico me coges, empújala toda, papi" No ...
    ... pasó mucho tiempo de ese sexo salvaje cuando sentí la hinchazón de mi verga anunciando mi cercana eyaculación, lo cual hizo que aumentara la violencia de mis embestidas para terminar con un grito de -me vengo! mientras mi verga explotaba en el mayor orgasmo que había sentido en mi vida, prolongándose en incontables pulsaciones, cada una de las cuales inundaba de leche el culo de mi pareja, el increíble Raulito. Nos quedamos quietos, pegados uno al otro y entonces vi por el espejo de la habitación una imagen inolvidable: mi incipiente barriga cincuentona sobre las blancas nalgas de Raul, que me las había entregado sin reserva, vi su joven y hermoso cuerpo doblado y tembloroso que recibía casi con devoción mis descargas de semen, y supe entonces lo afortunado que había sido al recibir ese regalo. Al separarnos lo abracé con ternura y lo besé en la boca, una dulce boca como pocas había visto y probado, mis manos acariciaron su pelo, sus mejillas, sus brazos, con un sentimiento mas de amor que de deseo mientras calladamente le susurré un sentido - gracias. Vi en su rostro de niño-mujer una mirada radiante y una sonrisa encantadora. Sin decir palabra, me besó nuevamente los pezones y sin entretenerse mucho bajó nuevamente hacia mi verga semiflácida empapada por mi propio semen y sus jugos, cubriéndola de besos desde la punta de la cabeza hasta mis huevos. No se si casual o intencionadamente, al acomodarse para mamármela, su pequeña verga Quedó al alcance de mi mano y no resistí la ...