-
Historia del Chip 016 - Una cadena, dos cordeles - Daphne 006
Fecha: 08/05/2018, Categorías: Grandes Relatos, Fantasías Eróticas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
Daphne estaba contenta. Llevaba tres meses en la escuela, lo que era un verdadero milagro según su punto de vista. Tocaba celebrarlo con Jennifer. Sería una velada especial. Era viernes por la noche y ese fin de semana estarían las dos juntas. Un fin de semana que incluiría el lunes festivo. La primera vez que ocurría. Esperó ansiosa a que el perfume penetrase en su cuerpo y salió del habitáculo. En la taquilla buscó el atuendo que le había preparado A1. No era un salto de cama sino un vestido de los que llevas para impresionar a tu amante. Iban a cenar fuera. Su mano se trasparentaba en el tejido. No había mucho que colocarse. Escote curvo. Un tirante para cada hombro. La cintura bien ajustada. La nueva cintura. El ejercicio intenso de día y de noche, más la estricta dieta habían convertido la excelente figura de Daphne en un simbólico reloj de arena. El vestido se ajustaba a las nuevas formas. Los pechos estaban cubiertos salvo un pequeño esbozo que el escote ofrecía. La falda tampoco era tan corta como estaba acostumbrada. Quizás era lógico. Irían fuera del recinto del campus. Necesitaba un tanga. La humedad entre sus piernas mancharía el vestido. Rebuscó por si había algo más. Vio un mensaje en el indicador de la taquilla. Cordeles azules, querida. Jennifer siempre bromeaba. H4 supuso que irían entre sus piernas y su culo, pero ¿cómo sujetarlo? Pulsó en la pantalla. Doble cadenita en la cintura y entre las piernas. Daphne revolvió entre los vestidos hasta encontrarlas. La ...
... que iría en la cintura era más estrecha que su talle. No se estiraría. Nada aconsejable para cenar. La otra era más corta comprendiendo que los cordeles se anudaban a sus extremos. Fue cuando notó que su vestido llevaba dos estratégicos agujeros a la altura del ombligo y de los riñones. Uno delante y otro atrás. Se colocó la cadena de la cintura por fuera del vestido y trato de sujetar un cordel a esta cadena. Observando con cuidado supo que no haría falta. La cadena tenía dos eslabones más pequeños. Pasó el cordel por uno de ellos y lo ató al mismo. Sujetó la otra cadena del cordel azul que ya estaba dentro del vestido y lo paso por sus piernas. No iba a poder hacer lo mismo con la parte de atrás. Soltó el cordel azul de delante, lo sacó todo y realizó la operación desde atrás. Una vez que hubo sujeto el cordel azul de atrás fue sencillo pasarlo entre las piernas y sujetarlo por delante. La cadena de la cintura llevaba la mirada a su talle, del que tan orgullosa se sentía. La cadena entre sus piernas quedó bien apretada, pero siempre había riesgo de que se deshiciera cualquiera de los cuatro puntos que la engarzaban a sus labios vaginales, al clítoris y al pubis. Los nudos azules quedaban resaltados con el fondo del rojo. Por suerte, sólo alguien que estuviese muy pendiente los vería. Seguro que casi todo el mundo iría a buscar los pechos apenas cubiertos por la fina tela o se pararía a apreciar la estrecha cadena del taller. Sin contar con los muslos o la espalda. Cerró la ...