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Historia del Chip 016 - Una cadena, dos cordeles - Daphne 006
Fecha: 08/05/2018, Categorías: Grandes Relatos, Fantasías Eróticas Autor: chopin, Fuente: CuentoRelatos
... taquilla y se permitió el vistazo al espejo. Nunca más de diez segundos. Al moverse comprendió la misión de los cordeles y la cadena entre las piernas. Seguían al vestido. La cadena rozó sus labios y su clítoris con cada paso. Además de impedir un buen acceso al humedal entre sus piernas. El perfume todavía no había empezado a hacer efecto, pero bien que conocía Daphne las consecuencias. En un rato estaría necesitada de desnudarse, de que le mordiesen los pechos, de que la follaran. Y el efecto duraría toda la noche. Pero en esta ocasión primero cenarían, luego seguro que irían a bailar y viendo el panorama terminarían paseando junto al lago. Conocía lo suficiente a Jennifer. Habría preparado una velada romántica para ambas, con el pequeño matiz de que una de ellas ansiaría todo el tiempo ser acariciada. No podía negar la creatividad de su horrenda mente. El cuerpo de Jennifer le resultaba tan dolorosamente perfecto que sólo servía para enardecerla todavía más. El perfume era el regalo. De mutuo acuerdo habían decidido que ya no sería Jennifer sino Daphne la que dispondría cuando ofrecer su cuerpo para ser vejado. Un regalo para su amante. Lo único que debía hacer Daphne era asegurarse de que esa noche Jennifer no estuviese ocupada. Golpeó suavemente la puerta. Previamente se había colocado correctamente. Pezones presionando fuertemente la madera. Pies juntos y bien asentados en los H4. Debía contar un ciclo 60-15 y no el habitual 30-15 al que estaba acostumbrada. Si ...
... Jennifer no abría después de cinco ciclos, podía volver a llamar. Abrió al tercer golpe. Sintió respirar a sus pechos comprimidos y obligándose a mirar a Jennifer y, -dejando de lado sus molestias-, la besó. Jennifer estaba descalza y tenía una altura similar a Daphne, pero era capaz de quedarse de puntillas el rato que hiciera falta. Tenían pequeño desafío al que retomaban en momentos como aquel. Jennifer sostenía que Daphne sería capaz de quedarse apoyada en sus H4 mucho más tiempo si su mente estaba enfocada en algo agradable o en algo que le provocara pasión. La vez anterior que lo habían intentado Daphne contó hasta 89 antes de elevar los talones y refrescarse. Esta vez pensaba batir el record e ir mucho más allá. Para ello, en cuanto empezó a besar a Jennifer, condujo sus manos a su propio culo elevado. Si Jennifer quería que sus pies se elevasen le bastaba con llevarle las nalgas ligeramente hacia arriba. Por su parte, ella dejó las manos en el talle estrecho de Jennifer. Y trató de no fijar su atención en sus pies o en sus nalgas pues sabía que antes o después elevaría los talones. Se concentró en las lenguas enroscada y llenas de saliva y en sus pezones. Las manos de Jennifer no iban a moverse de sus nalgas. Estaba segura. Llegaron a 250 y Jennifer le alzó las nalgas. Daphne no interrumpió el beso y trató por todos los medios de no pensar en sus pies, en el calor o en el aire que por fin circulaba por sus plantas ardorosas. Contó hasta quince, bajo los talones y empezó el ...