En la acampada
Fecha: 14/05/2018,
Categorías:
Bisexuales
Autor: Rayo, Fuente: CuentoRelatos
Un hobbie que tengo y que, por desgracia, ya no puedo disfrutar es hacer acampada libre. Tomar la mochila y la tienda de campaña y disfrutar de la montaña. Una de las últimas acampadas que hice, fue con mi novia y dos parejas más. En esa ocasión, uno de los chicos, Javier, propuso ir andando hasta nuestro destino, en lugar de tomar el bus como habíamos hecho en otras ocasiones. El resto de los participantes declinaron la invitación inmediatamente, ya que se trataba de unos 150 kms., pero a mí me pareció una buena oportunidad para la aventura y accedí a ir con él, mientras el resto nos esperaría ya en el campamento. Planeamos la ruta y los horarios para evitar que los demás tuviesen que esperarnos demasiado, pero no logramos acabar hasta el día anterior a la salida y ya era bastante tarde, así que decidimos hacer las mochilas y dormir en la casa de uno de nosotros para poder salir temprano al día siguiente. Por ser la más cercana al inicio de la ruta, nos fuimos a mi casa a dormir. El enfado de mis padres fue tremendo, ya que no veían con buenos ojos que dos hombres durmiesen juntos, si además añadimos que mi cama es de 0,80x2, aún peor, pero tuvieron que acceder ya que no podían hacer volver a Javier a su casa, sería una falta de hospitalidad. Supongo que mis padres sospechaban ya algo que a mí ni se me pasó por la mente. Después de dejarlo todo preparado, nos desnudamos y nos metimos en la cama, yo le dije que estaba acostumbrado a dormir completamente desnudo, pero que ...
... por estar él, me dejaría los calzoncillos puestos, a lo que él me respondió que no pasaba nada, que él también tenía esa costumbre y que si yo quería podíamos dormir sin calzoncillos – Al fin y al cabo somos dos tíos, no tiene porqué ocurrir nada – dijo. Yo estaba un poco violento, porque casi nunca había visto desnudo a un hombre y, claro, menos aún dormir con él. Nos desnudamos completamente y nos metimos en la cama. Tengo que decir que yo mido 1,80 y de complexión bastante fuerte y él mide 1,84 y aunque no tenía tanto cuerpo como yo, tampoco era estrecho de hombros. El roce era inevitable. Al principio nos pusimos uno en cada borde de la cama y de espaldas para evitarlo, pero cuando ya fue ganando el sueño y nos íbamos relajando, nos fuimos juntando poco a poco, hasta estar totalmente pegados. Empecé a dormirme y me empezaron a asaltar sueños de vergas erectas a las que pajeaba con frenesí, lo cual me hacía estar intranquilo y por lo tanto no podía estarme quieto en la cama. En uno de los movimientos me di la vuelta y sentí un dolor repentino en mi polla, que me despertó, me di cuenta que estaba completamente empalmado y que al voltearme había tropezado mi polla con el culo de Javier. Inmediatamente me aparté, con un miedo atroz a que se hubiera dado cuenta de lo que había ocurrido, pero en el silencio de la habitación pude escuchar como su respiración era relajada, por lo que pensé que estaba completamente dormido. Yo seguía como mi erección que aumentaba con acometidas ...