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En la acampada
Fecha: 14/05/2018, Categorías: Bisexuales Autor: Rayo, Fuente: CuentoRelatos
... la fue bajando hasta tener en frente su polla que ya era el palo mayor de la Santa María. No lo dudé más de 1 segundo, abrí la boca y me la metí hasta el fondo, lo que me provocó nauseas, era la primera vez y no contaba con aquello, así que la saqué un poco y me dediqué a comerle todo el capullo, metiéndole la punta de la lengua en su uretra o recorriendo con ella el anillo. Por la tensión de sus piernas y manos, estaba disfrutando como nunca, empecé a ayudarme con la mano y a pajearle mientras le succionaba el capullo como si quisiera sacarle hasta la última gota de semen y mientras con la otra mano, le metía un dedo en el ano, que hacía que se contrajese y me metiese sin querer aún más su polla en mi boca. Los espasmos no tardaron en llegar y al tiempo que me retiraba la cabeza surgía una explosión de semen que, incluso, temí que manchase el techo. Me quedé mirando ese aparato que nunca hubiera pensado que pudiese llegar a desear y sin darnos ni cuenta ya eran las 6 de la mañana y el despertador empezó a zumbar. Yo estaba totalmente empalmado aún con unas inmensas ganas de tener mi polla en su boca… pero no había tiempo… mi madre se estaba levantando para avisarnos y había que limpiar rápidamente. Limpiamos y nos pusimos los calzoncillos justo un segundo antes de que mi madre llamase a la puerta y entrase para despertarnos, yo le di las gracias de espaldas, para que no viese el estado, que parecía se fuese a quedar así eternamente, en el que tenía mi polla. Cuando salió de la habitación, Javier me comentó –Tranquilo, hoy y mañana dormiremos los dos solos en una tienda de campaña, te devolveré con creces tus caricias.