1. Desafío de galaxias (capitulo 44)


    Fecha: 19/05/2018, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... informarle sobre la situación. El presidente, visiblemente molesto con las dos, no quiso que se molestara a Marisol, pero esta le oyó, y salio del despacho un poco alterada por la reprimenda que estaban recibiendo. —¡Señor presidente! Está usted metiéndose en cuestiones que solo me corresponden a mí. —¡No me jodas Marisol! Esto no es una cuestión militar, es una cuestión personal. —¡La decisión fue mía y las ordenes las di yo! Yo soy la única responsable. —¿Pero que cojones estás diciendo? Tú eres la que lo ha visto venir y Oriyan, la única que te apoyó. —¡Eso da igual! Se lo repito, la responsabilidad es mía y usted no tiene derecho a… —¡Me cago en la leche puta! no me vengas con tú puto corporativismo ¿cómo los puedes defender? —el tono había ido subiendo y ya casi se estaban gritando ante la vista de todos, mientras Marión permanecía sentada con la vista fija en el suelo y Anahis se enjugaba las lágrimas con un pañuelo. —¡Son mi gente! —ya si gritó Marisol—¡Y los defenderé siempre! —¡No me calientes Marisol! —¡Silencio los dos de una puta vez! —gritó Hirell dando un fuerte golpe en la mesa. Todos en silencio, le miraron estupefactos por algo tan inusitado como lo que acababa de ocurrir—. ¡Si quieren seguir haciendo el idiota, de acuerdo, pero váyanse al despacho! Aquí estamos trabajando y tenemos muchas cosas que hacer. —¡Eh…! Si, lo sentimos, discúlpenos Hirell, —atino a decir el presidente, y con un gesto de la mano se llevó a todos hacia el despacho. Todos entraron ...
    ... en el y cerraron la puerta. Todos se miraron entre si mientras las voces arreciaban en el interior. —¡Vamos chicos! Que hay mucho que hacer, —ordenó Hirell que se había quedado como oficial de más graduación— ¡A la tarea! Las voces fueron bajando de intensidad hasta que se hizo el silencio. Unos minutos después, la puerta se abrió y fueron saliendo del despacho. El presidente, con una silla de la mano, se colocó junto a la pared para no molestar y se sentó. Marión, con la cara desencajada y los brazos cruzados, se colocó detrás de Hirell que la miró y la acaricio discretamente la pierna. Anahis se sentó en un terminal, todavía con el pañuelo de la mano, y su padre, aproximándose por detrás la beso en la cabeza. Marisol, que salio la última, se quedó mirando las pantallas con una cara de mala hostia que no podía ocultar. Según pasaban los minutos, su gesto se fue suavizando, hasta que al final, rezongando, se aproximó a un suboficial español de seguridad del Tercio de Voluntarios al que conocía desde pequeña. Sin decirle nada, rebusco en uno de los bolsillos de su uniforme y sacó una petaca de licor que agito para comprobar que estaba llena. Después, se acercó al presidente, aproximo una silla y se sentó frente a él. Abrió la petaca, llenó el vasito y se lo ofreció al presidente. Con el ceño fruncido y mirándola fijamente, acepto el vaso y se lo bebió de un trago. —¡Joder! Esto no es de lo que hace tu padre. —No, lo hacen los chicos en el sótano… clandestinamente, ya sabe, ...
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