CASA RURAL - Relatos Eróticos

CASA RURAL

Habíamos pasado todo el día fuera de la casa rural conociendo el entorno. La verdad es que es un sitio ideal para olvidarte de las prisas y el estrés de la ciudad. Pero todo el día fuera... nos había dejado derrotados. Así que los cuatro estábamos deseando volver a la casa para darnos una ducha caliente y descansar. Y ahí estábamos las dos parejas sentadas en dos sofás dispuestos en forma de "L" en el salón viendo una película. Habíamos ido desfilando uno por uno por la ducha para después picotear algo a modo de cena "light" y por fin nos pudimos sentar en torno a la tele. Estaban dando una película y, al parecer, a la única que le estaba interesando era a nuestra amiga; él se había quedado dormido hacía tiempo, Miren había apoyado su cabeza sobre mi pecho y juraría que ya se había entregado a Morfeo hacía tiempo y yo... yo estaba mirando la tele pero con el pensamiento en "yoquesé". Aunque no hacía frío las dos parejas nos habiamos tapado con dos mantas que había en la casa, como había dicho yo, más por vicio que por frío.La noche, a decir verdad, estaba siendo soporífera... estaba hecho polvo por la caminata del día y la película no había por dónde cogerla. "¿Que cóño de interés le estará encontrando nuestra amiga a la película?" me preguntaba. Y en esos pensamientos estaba mi cerebro cuando algo captó mi atención. La manta de nuestros amigos comenzó a moverse. O, mejor dicho, algo empezó a moverse bajo la manta. No le hubiera dado más importancia si no fuera porque ...

... aquello que se movía, según mis cálculos, estaba a la altura del miembro de nuestro amigo. Al principio, pensé en que alguno de los dos se estaría rascando... pero, al comprobar que el movimiento continuaba en el tiempo, descarté la opción del picor. Al menos no el picor que yo imaginaba. Mis ojos se esforzaron por adivinar qué se estaba moviendo. Subí con mi mirada por la manta hasta que vi que uno de los hombros de nuestra amiga se movía a la vez que la manta. Por fin comprendí: nuestra amiga estaba masturbando a su pareja. Él seguía con los ojos cerrados pero ya no estaba dormido, sino disfrutando del trabajo de su novia. Mis ojos se cruzaron con los de ella y lejos de avergonzarse me guiñó el ojo en un gesto cómplice como diciendo: "tú no se lo digas a nadie". La mano seguía moviéndose de arriba a abajo y la respiración del chico se agitaba por momentos. Yo seguía mirando sorprendido y tengo que reconocer que aquella situación tan morbosa me había excitado. "¡Y ésta dormida!" pensé para mis adentros. ¡Qué equivocado estaba! Justo en ese momento noté la mano de Miren acariciando mi polla por encima del pijama. Casi me asusté e hice un gesto con la intención de apartarme. Entonces levantó la cabeza: "SSSHHHHHHHH" me dijo llevando sus labios a los míos mientras su mano seguía acariciando mi pene por encima de la ropa. Su lengua se había colado en mi boca para enredarse con la mía y su mano se metió por debajo del pantalón agarrando mi polla y apretándola con firmeza. “Vaya cómo te ...