CASA RURAL - Relatos Eróticos

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... has puesto” me dice sonriendo. Yo sólo acierto a decir “Ufff”. Mis manos también comienzan a trabajar y buscan sus pechos por debajo de su pijama. Tras la ducha se había vestido sólo con el pijama así que mi mano tocó y acarició los pechos nada más colarse debajo de su ropa. Rozo los pezones con las yemas de mis dedos mientras desliza su mano por mi miembro. Estos se endurecen al tacto de mis dedos a la vez que se le escapa un suspiro. Alzo la mirada y me doy cuenta de que nuestra amiga había desaparecido por debajo de la manta. Ahora se podía intuir su cabeza moviéndose arriba y abajo mientras su boca devoraba la polla de su novio que seguía con los ojos cerrados disfrutando de la boca de la chica. Esa imagen seguía excitándome. “Entre todos me estáis poniendo…” digo a Miren. Mis dedos bajan por su vientre, su ombligo… hasta que llegan a su sexo. Lo acaricio, lo froto y noto como se humedece entre mis dedos. Al percibir esa humedad en mis dedos entiendo que es el momento de meterlos dentro de mi compañera… Lo hago suavemente y suelta un “Ummmmmm”. A la vez, llevo mi lengua a la suya para chuparla y rodearla con la mía. Mis dedos siguen entrando y saliendo de su sexo y haciendo que siga humedeciéndose. Los saco de su sexo y acaricio el clítoris frotándolo suavemente. “Quiero comerme esto” digo. Al dejar de besarla miro a la otra pareja. La manta había sido tirada al suelo y ahora podía ver claramente la polla de nuestro amigo desapareciendo en la boca de su novia para ...

... aparecer de nuevo. Seguidamente la lengua la recorría desde el glande hasta los testículos.Me tiro al suelo y lanzo la manta al suelo. “Si ellos no tienen vergüenza… yo tampoco” pienso. Le quito el pantalón, separo sus piernas y vuelvo a acariciar su sexo con las yemas de mis dedos separando sus labios. Mi lengua sube por las rodillas, por su muslo hasta que por fin llega a mi manjar. Chupo los labios, juego con ellos, estirándolos entre los labios de mi boca. Ahora abro bien su sexo con mis dedos dejando el clítoris a mi merced. Mi lengua comienza a rodear una y otra vez esa bolita provocando sus gemidos que se mezclan con los de nuestro amigo. Bajo mi lengua a el agujero de su culito para mojarlo y saborearlo también. Mis dedos entran de nuevo en el sexo y no paran de moverse penetrándola una y otra vez. “Oh, sí, Joseba, no pares, por favor.” Me dice. Y no paro… mi boca vuelve a saborear su sexo mientras mi dedo índice entra poco a poco en su culito. La lengua acelera sus movimientos y los golpecitos en su clítoris y mi dedo índice entra y sale de su otro agujerito. “Me voy a correr, sí, no pares, sigue”. El orgasmo poco a poco se va apoderando de su cerebro y su cuerpo se estremece. “Me cooorrooo, síiiiiiiiiiiii”. Saboreo el manjar del sexo mientras veo como se entrega al placer. Me encanta y excita verla así. Nerviosa me coge de los pelos y hace que me incorpore mientras se pone de rodillas en el suelo. Me quita la parte de arriba del pijama y tira del pantalón hasta desnudarme ...