Venganza de mujer
Fecha: 19/05/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tengo suerte de tener la llave de la oficina así que anoche pude venir a dar con mis huesos aquí, luego de bajarme una botella de Criadores y fracasar con una copera en un prostíbulo de los bajos fondos. Ahora es domingo por la tarde y voy a ver si aporreando el teclado de mi ordenador logro bajar el nivel de veneno. Mi mujer ya me tenía harto con sus vueltas, sus negativas y sus limitaciones. Que eso no, que lo otro no me gusta, que quién te crees que soy y toda esa cantilena. Y además, esa agresión permanente como que sólo a mí se me ocurrían esas cosas por leer tanto de esas porquerías, refiriéndose a mi colección de pornografía. Ayer como casi todos los sábados empecé a darle besitos en la almeja y cuando quise profundizar con mi lengua me frenó con lo mismo de siempre, aunque esta vez mi reacción no fué igual a la de siempre. No señor, me levanté de la cama, tomé de la cómoda uno de mis pañuelos de cuello y sosteniéndola con dureza le até una muñeca al respaldo de la cama; ella empezó a protestar, que hacés, soltame y todo eso pero mezclado con alguna risa desconfiada pensando en que era juego y que, seguramente, yo no iba a hacer eso, así que se dió cuenta que la mano venía pesada cuando - después de atarle la otra muñeca con el segundo pañuelo y dejarla casi indefensa y sin muchas posibilidades de moverse - me tiré a sus pies y obligándola a abrir las piernas hundí mi cara en su entrepierna. Gritá, pataleá, puteá, hacé lo que quieras pero no te vas a salvar que de una ...
... buena vez por todas te chupe la concha hasta el hartazgo, le dije antes de colocar mi boca haciendo ventosa en su raja y empecé. Lengua, lengua y lengua. Un poco por afuera, un poco por adentro, algún dedo también. Durante largo rato ella luchó primero tratando de impedirme a mí hacer lo que estaba haciendo y luego, tratando de impedirse a sí misma demostrar que le venía el orgasmo. La muy terca sólo se aflojó en el último instante, empapando mi cara con su flujo pero, apenas terminó, volvió a forcejear. Me importó un carajo su orgasmo y seguí con mi lengua unos minutos más creyendo que con eso podía hacerla aflojar del todo pero me cansé, así que me incorporé y le clavé las rodillas rodeando sus costillas. - Hijo de puta, asqueroso, dejame !!, gritaba mi mujer. - Ahora que te comí la concha te vas a tragar mi leche !! le dije sin dudar. Le puse el nabo en la boca pero ella apretó los labios, intenté pero no hubo caso; la agarré del pelo de la nuca y tiré hacia atrás buscando que abriera la boca y ella, furiosa, me dijo "ni lo intentes porque te la arranco, degenerado", y tuve la presunción que era capaz de hacerlo. - Te la vas a tragar igual aunque no quieras, le dije. Y me hice la paja frente a sus ojos, rápida, violenta, hasta que le vacié la leche en su cara. Quedó divina la muy puta, con los lamparones de leche en sus mejillas, en su boca, en toda su cara. Me incorporé, salí de sobre ella y me senté a su lado en la cama. Sus lágrimas se mezclaron con mi semen. - Porqué ...