Follando en una boda
Fecha: 19/05/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
... era más que un efecto. Tonos rosados en las mejillas y labios rojos. Mi novia me atraía siempre, pero en aquella ocasión… Me acerqué y la abracé por la cintura. -Estás increíble, cariño. La novia se va a cabrear al ver que le quitas el protagonismo. Ella sonreía poniéndose los pendientes frente al espejo. -Anda, anda jajaja. No digas eso. Y relájate que noto como estás -está claro que en el abrazo había notado mi pene erecto – que el bus llega ya mismo y como siempre seremos los últimos. Y yo tengo una lectura en la boda. Pues nada. Que la sangre volviera a circular por el cuerpo saliendo de mi polla. Salimos de la habitación. Y sí. Fuimos los últimos en llegar al bus alquilado. Eso sirvió para que algunas miradas repasaran bien a mi novia. Fijo que alguno de mis amigos alguna vez se había pajeado pensando en ella. Pero bueno… la imaginación es libre. Llegamos al sitio. Espectacular es una palabra que se le queda corta. La ceremonia en sí tendría lugar en una zona ajardinada, sobre un césped y con el mar de fondo. Sillas envueltas en telas rosas. Y recuerdo perfectamente la fragancia que existía en el lugar. Algo afrutado que me encantó. Llegó el novio, saludando de grupo en grupo. Habría unos 200 invitados calculo así que no estaría mal la boda. A los 25 minutos llegó la novia. Venía también espectacular. Traje blanco clásico de una pieza. La ceremonia la dirigía una concejala amiga de la familia e iban intercalándose lecturas. La lectura de mi novia fue un cúmulo de ...
... recuerdos y vivencias: nuestro primer camping juntos, los años de universidad, los noviazgos… Mientras leía la miraba, y miraba también las miradas de algunos sobre ella. Con una sonrisa pensé en el polvo que nos habíamos dado la noche anterior. La ceremonia siguió. Y terminó con el beso del novio a la novia. Del marido a la mujer, perdón. Una breve recepción y a cenar, pensé. Me gusta comer, la verdad. Y con las cervezas de aquel día tenía ya hambre. Además el catering elegido por mis amigos tenía fama así que… Pero la recepción no fue breve. Hubo de todo, y yo me afané en probarlo todo, para ir bajando el hambre. Cervezas y jamón, queso, gambas, canapés, mini chorizos al infierno, pan con caviar, más jamón, y ya se me va la memoria. Recuerdo que cuando llegó el momento de sentarse a la mesa ya iba medio lleno. Y medio lleno por el otro lado con el punto del alcohol. Vaya! Las mesas tenían nombres de ciudades que habían visitado juntos mis amigos. Nos tocó Roma. Bueno, no estaba mal la cosa. Eran mesas circulares de 8 comensales en otra zona ajardinada, adornada con enormes velas en candelabros y guirnaldas de luces. Nos sentamos a la mesa. Todos en la mesa éramos amigos del grupo. Y todos habíamos estado en la mañana juntos con las cervezas, así que las charlas fueron una continuación de la mañana. Se fueron encadenando los platos, con los paréntesis de sorbetes de llamativos colores. Y sabores. Cambié la cerveza por el blanco para el pescado y el tinto para la carne. Siempre digo ...