1. Follando en una boda


    Fecha: 19/05/2018, Categorías: Hetero Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... a zonas con flores… estaba todo genial, la verdad. Y hubo selfies muy buenos. Llegamos a un banco de piedra junto a macetas enormes, rebosantes de flores. Ella se sentó sobre mí y nos hicimos otro selfie. Mis manos sobre su cintura. -Mira que guapos hemos salido Dos amplias sonrisas en la foto. Si, cierto. Estábamos que ni parecíamos nosotros. Mis manos empezaron a recorrer sus muslos y la besé en el cuello. -Hoy estás más guapa, cariño. Estás deslumbrante. Ella se giró sonrió y me besó. Qué beso! Sus besos siempre han sido de esos de película. De película romántica, de esas con bandas sonoras lentas, de esas de color rosa. Estuvimos varios minutos besándonos. Y tras esos minutos el beso mutó a un beso más salvaje. De roces en los labios, pequeños mordiscos, y tal pasamos a mordernos los labios, a enredar las lenguas de forma bestial, a penetrar la boca del otro con la lengua sin compasión, a suspirar y gemir entre besos. La película romántica se había convertido en una de otro tipo. Aprovechando que estábamos en un rincón alejado del resto de gente metí la mano por debajo del vestido. Sus muslos eres sedosos y suaves, tibios al tacto. Pero notaba algo más de calor cuando iba subiendo. No llegué con la mano a la ropa interior de ella. Ella me lo impidió. Pero con una sonrisa dijo: -Aquí nos van a pillar, busquemos un sitio más íntimo. Me levanté con ganas de romper con piedras todos los focos que había cerca, pero no lo hice. Fuimos paseando cogidos de la mano. El sitio más ...
    ... oscuro que encontramos fui el sitio donde estaban estacionados los coches. No se veía nadie y había relativamente poca luz. Recuerdo perfectamente que fue entre un Focus Azul y un Passat negro donde encontramos un banco de piedra similar al que habíamos ocupado antes. Me volví a sentar con ella encima. Los besos continuaron y esta vez mi mano si pudo llegar a su objetivo. La mano de ella también empezó a recorrer mi cuerpo. Me quitó cinturón, el botón del pantalón y agarró mi pene bajo la ropa interior. Empezó a masturbarme. La erección fue completa en cuestión de segundos pese a la cantidad de alcohol que llevaba. La deseaba follar allí. Y ese deseo era inmenso. Notaba a través del vestido sus firmes pechos y sus pezones erectos. Le mordí el labio inferior y le dije susurrando al oído: -Cómemela… Con una sonrisa ella se levantó de mi dio un paso atrás y se agachó, indicándome con el dedo que me levantara yo. Así lo hice y ella empezó a comérsela allí. Notar sus labios en mi polla tras tanto deseo era maravilloso. Colocó una mano en mi culo y me empujaba para que la penetración oral fuera más profunda. Yo notaba su saliva en mi miembro, su calor, su deseo… Joder. Como la deseaba yo también. Con una sonrisa vi restos de pintalabios en mi pene. Y su lengua recorriéndolo... ufff. No podía seguir mucho tiempo así. Me apoyé en el Passat porque ella apretaba cada vez más y temía perder el equilibrio. Pero no quería correrme en la boca. -Para, para. No quiero correrme así. Vamos a ...