Follando en una boda
Fecha: 19/05/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
... follar aquí. - y cuando se incorporó, con una sonrisa le dije – O no quieres hacerlo aquí? -Tú que crees? Quiero sentir tu polla dentro. Y la quiero ya. La hice girar y que colocara sus manos en el Focus. Subí su vestido a la cintura (algo que me costó) por lo entallado que era y le baje las medias y la ropa interior a la mitad del muslo. Allí la penetré. Ella recibió la penetración con un leve gemido y moviendo el cuerpo hacia atrás para que esa penetración fuera también más profunda. Empecé a moverme y a hacer que mi polla entrara y saliera de ese cuerpo, de esa persona, que tanto deseaba. La excitación era máxima. Su cuerpo estaba caliente pero su culo frio. Me gustaba aquello. Aquel contraste. Mi otra mano entró por la amplia apertura posterior del vestido y apreté una de sus tetas. Uffff. Tenía una consistencia maravillosa, un tacto que, por sí solo, su recuerdo me había motivado más de una vez en la ducha a solas. Creía que iba a correr, pero ella se corrió antes que yo. Es raro, la verdad, en nuestra relación. Pero en aquella ocasión, fruto del deseo quizás o bien de los toques de antes, ella se fue antes. Eso me puso a mil. Y tras dos acometidas más me corrí dentro. Notaba el semen caliente salir de mi hacia su cuerpo, buscando su interior. Con un suspiro ...
... se la saqué al momento, con cuidado de no mancharla. Me quedé allí apoyado en el otro coche, con la polla al aire, goteando los últimos restos de semen, mientras ella se subía la ropa interior, las medias y bajaba el vestido. Se giró, me sonrió y me besó, abrió el bolso que había dejado sobre el banco y me pasó un pañuelo de papel. Me limpié y cerré de nuevo el pene bajo la ropa interior y el pantalón. Nos ayudamos a acomodar la ropa bien y buscamos un sitio en el propio parking con algo más de luz para que ella pudiera retocar los destrozos en el maquillaje. Mientras lo hacía mirándose en un retrovisor. Le agarré el culo de nuevo. Mi deseo por aquel cuerpo seguía intacto. Cuando volviéramos al hotel pensaba follarla de nuevo, disfrutar de nuestros cuerpos, de aquel momento. Ella terminó de pintarse y nos fuimos abrazados hacia la zona de baile. Al ir acercándonos no vi nada raro en las miradas. A saber cuántas parejas estaban haciendo lo mismo ahora mismo en rincones perdidos del lugar. Si noté las típicas miradas de deseo ante el cuerpo de mi novia. Eso me hizo volver a sonreír. Más de uno estaría pensando en el culo o incluso en el coñito de mi novia. Un coñito que iba ahora relleno de mi semen. Yo necesitaba una copa para bajar la temperatura. Ginebra o ron?