Incursión lésbica inducida © An - Relatos Eróticos

Incursión lésbica inducida © An

... pasó sus dedos por mi vulva, haciéndome estremecer cuando me rozó el clítoris.Se puso de pié y volvió a besarme, con sus labios impregnados, viscosos. Nada podía hacer yo, o mejor, no sabía como reaccionar. Tomo mi mano derecha y suavemente la deslizó por su entrepierna. La levantó hacia mi cara y me la restregó por los labios. Casi sin darme cuenta, abrí mi boca y lamí mis dedos. Estaba como hipnotizada.Lentamente me arrastró hasta el suelo. Poniéndome boca arriba, me besó de nuevo bajando por mi cuello, mis tetas, mi panza...Antes de que fuera más abajo le reiteré que "eso" eran jugos de su hermano. "No preguntes, no te cuento, no hay vergüenza para ninguna" fue su respuesta, y siguió bajando con su lengua al mismo tiempo que colocaba sus piernas, una a cada lado de mi cabeza.Sinceramente, no pensé demasiado en lo que me dijo y no lo entendí en un principio. Menos cuando sentí sus dedos y su lengua. Acercó aún más su pelvis a mi cara y debo decir que desde la primera lamida supe que me iba a gustar mucho más de lo que imaginé. Sin experiencia previa, traté de copiar lo que creía que ella me hacía: Acomodé mi brazo para poder introducirle dos dedos y con mi boca succionando suavemente el área de su clítoris, frotaba éste con mi lengua con movimientos ágiles.Todo parecía una eternidad y sin embargo solo habían pasado unos cortos minutos. Cuando yo ...

... comenzaba a mover mis caderas con más energía, ella se detenía y me preguntaba si era de mi agrado. Yo contestaba con un gemido arqueándome para que siguiera. Después, preguntó si me gustaba lo que estaba haciendo, a sabiendas de que eran los jugos de Javier los que saboreaba. Contesté de la misma forma, no me importaba...solo disfrutaba...Me faltaba muy poco para explotar. Entonces preguntó si me gustaba chuparle la leche a Sergio, su hermano. No me m*****ó para nada decir que sí con fuerza (¡Siiiii!). "¡A mi también!", dijo. Mi cabeza dio volteretas y caí en la cuenta de lo que significaba eso de "No preguntes". Claro, no era nada común esperar eso, perooo...Lidia aumentó el ritmo de sus dedos y lengua, y yo enferma de la cabeza, solo pude poner las imágenes de ella chupándole la verga al hermano, tragándose toda su leche...como yo...Y su concha me pareció más rica que nada en ese momento...Y sentí como la hacía llegar al orgasmo y ella a mi....largo, profundo, intenso, con los gritos ahogados por las bocas ocupadas...Luego de unos minutos, nos sentamos en el piso del baño acariciando nuestros rostros, acercando nuestros labios, nuestras lenguas...besándonos, saboreándonos y disfrutando nuestro secreto compartido. Lidia. ELLA, mi cuñadita...la que le dio lecciones a su hermano cuatro años mayor para que funcionara bien con su primera novia (yo).