1. Gloria divina


    Fecha: 30/05/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: rabolucion69, Fuente: CuentoRelatos

    ... todavía tímido y cortado a pesar de mi calentura, no puedo decir lo mismo de Gloria, desde el primer momento el roce de alguna de sus manos en mi polla me pareció falsamente involuntario, de hecho disimulaba tan poco que al tercer forcejeo cuando, con la mano en alto, apartaba la pelota de su alcance ella me echó mano a la polla dura, yo me sorprendí y aprovecho la sorpresa para quitarme la pelota riendo a carcajadas. La pelota flotaba en el agua, ya no era necesaria, yo no tenía voluntad, estaba quieto, las manos de Gloria no estaban quietas, me manoseaba la polla y los huevos sobre el bañador bajo el agua mirándome, sin decir nada, salvo la separación que la tela proporcionaba Gloria me estaba haciendo una señora paja, una impresionante paja submarina. -¡Ven! Vamos a la cocina que desde allí se ve la puerta mejor. La seguí como un autómata, ella me tenía cogido de la polla por encima del bañador y así me llevó hasta la cocina donde me había dado el apretón de nalgas la noche anterior, allí me quito el bañador y continuo el pajazo, me miraba a la cara y me miraba a la polla concentrándose en la tarea de meneármela, yo no hacía nada y ella no me lo demandaba, tímidamente acaricie una de sus tetas sobre el bikini y ella se lo quito, sus pechos eran pequeñitos y su oscura aureola, que contrastaba con su piel más pálida, también, su pezón era otra cosa, duro, grande y gordo, impresionante, ¿duro? durísimo y respondían a mis caricias, Gloria también, gemía y acrecentaba el ritmo ...
    ... de la paja sin que su maldita sonrisa y su mirada de loba a punto de devorar a su cordero le abandonaran, me acariciaba las pelotas con una mano a la par que me masturbaba con la otra, ora miraba mi cara de placer y se mordía los labios poniendo cara de zorra ora se concentraba en mirar mi polla dura y los efectos de su manipulación pajera, cuando mis gemidos se hicieron más seguidos y se acrecentaron anunciando la próxima corrida ella, rompiendo el silencio, me animó a correrme. -¡Venga córrete papi! ¡Suelta toda tu leche para mí! ¿Soltar leche? Mi polla era un surtidor, nunca había visto salir tanto chorro ni con tanta fuerza, el suelo y su manita inocente se embarraron, ella siguió pajeandome hasta que mi polla escupió su última gota de leche si dejar escapar detalle alguno, limpió con su mano los últimos chorros, que ya salieron con menos fuerza y brillaban en la cabeza de mi polla y chupó sus dedos mirándome y sonriendo como si fueran un manjar, verla saborear mi leche me produjo temblor de piernas, bueno, verla probar mi leche y el remordimiento de conciencia que te sobreviene después de correrte ante una mujer que no es tu esposa, también todos los pensamientos paranoicos tipo la he cagado vaya lío en que me he metido. Ella tomó un vaso lo llenó de agua fresca del frigo lo bebió de un trago, me imagino que para que los restos de leche espesa fueran para dentro, y cuando ya subía las escaleras en dirección a su cuarto me dijo: -La del suelo la limpias tu que para eso es ...
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