Gloria divina
Fecha: 30/05/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: rabolucion69, Fuente: CuentoRelatos
... tuya. Hay situaciones de las que somos protagonistas y que nos parece que en realidad le está ocurriendo a otro, mientras limpiaba los restos de semen del suelo con unos kleenex mi corazón y mi polla palpitaban de morbo, de miedo, de emoción, de todo un poco tuve esa sensación. -¿Todavía estas así? Venga vístete que te esperan, con el arroz son muy puntuales en el chiringuito- bajaba vestida por las escaleras y se largó. Camino del chiringuito mi cabeza daba vueltas, la culpabilidad me castigaba bueno hay que ser sincero lo que de verdad me preocupaba es que lo que había ocurrido trascendiera de alguna manera y mi cómoda vida de funcionario con familia se convirtiera en la incómoda vida de un funcionario cuyo sueldo ingresa casi integro en la cuenta corriente de su ex esposa. En la comida mi mujer me inquirió que parecía tener la cabeza en otra parte, me excuse diciéndole que la lectura de Dan Brown me tenía pillado, Gloria que había llegado la última diciendo que venía de tomar un refresco con una amiga bromeo: -Ya lo creo que te tiene pillado la lectura cuando salí de casa roncabas con el libro entre las manos y no te has dado ni cuenta. Todos rieron y bromearon con la ocurrencia de la niña menos yo que puse cara de circunstancia, aun me preguntaba como un tipo como yo podía caer en la red de una adolescente que controlara absolutamente la situación e hiciera conmigo lo que le diera la gana, fácil, ella era la dueña de mi polla y mi polla era la que pensaba cuando ella ...
... entraba en escena. Tras los cafés me acerque a la barra a pedir unos helados, ella aparentando que quería ver los que había en el mostrador para elegir se acercó y susurrando me dijo: -Que sepas que yo también quiero llegar virgen al matrimonio como mi madre. Me lo dijo con naturalidad, con su sonrisa encantadora habitual y sin inmutarse, ella dictaba las reglas, ella era la madura y yo el adolescente. -Te espero en casa, no tardes Y dando lametazos y chupadas a su cucurucho de tutti frutti se largó, al pasar por la mesa donde estaban sus padres se despidió: -Me voy a echar un rato a casa de Miriam, nos vemos luego. Los tres matrimonios fuimos a la playa, yo no me encontraba a gusto pero mi esposa interpretó que era mi aversión a la arena y a las playas atiborradas de gente y mi afición a la siesta tranquila sin niños jugando a tu alrededor salpicándote agua y arena, que Gregorio también refunfuñara esperando el momento de volver al chiringuito dio argumentos a mi esposa que es de ordeno y mando para resolver la situación: -Para amargarnos la tarde de playa mejor os largáis así que tú -dirigiéndose a mí- lárgate a echar la siesta en una tumbona de la piscina y tu Gregorio tira para el chiringuito no sea que te vayan a quitar el sitio. Las otras dos mujeres rieron la ocurrencia y asintieron, Allí íbamos Gregorio a por su copa y yo a sodomizar a su hija, en el corto camino al chalet intentaba culpar a mi esposa por las involuntarias facilidades que me estaba dando para serle infiel ...