El tren nocturno a Praga
Fecha: 31/05/2018,
Categorías:
Intercambios
Hetero
Autor: rubele, Fuente: CuentoRelatos
... ni un centímetro para evitarlo. Me envalentone y con la punta del dedo gordo presione su clítoris y lo metí dentro de su concha húmeda y calentita. La única reacción fue una sonrisa amplia y cómplice. Seguí trabajando con mi pie y la sonrisa se transformó en suspiros. Anabella y Pablo notaron que algo pasaba pero no decían nada, pero al cabo de unos minutos cuando intente introducirle el dedo gordo del pie en el culo a Sylvia los suspiros se transformaron en gemidos. A esta altura era claro para los cuatro lo que pasaba, Anabella le dio un ataque de risa por los suspiros y gemiditos de Sylvia, todos nos reímos juntos con ganas, cómplices de la situación creada. Anabella que estaba al lado de la puerta se levantó, bajo las cortinas del pasillo y trabo la puerta con el pasador Sylvia hablo un par de palabras en ruso con su amiga que me saco del asiento y se sentó en mi lugar. Ahora estábamos sentados Sylvia conmigo y Anabella con Pablo. Sylvia se acurruco sobre mí, apoyando su cabeza rubia sobre mi pecho, dejando sus labios frente a los míos, en cosa de segundos nos estábamos besando mientras mis manos recorrían su cuerpo a lo largo y a lo ancho. Las tetitas estaban coronadas por un par de pezones puntudos y duros, se los bese por encima de la túnica mordiéndole la punta, Sylvia dejo escapar una serie de grititos excitantes pues le dolía y le gustaba al mismo tiempo. Mis manos estaban al mismo tiempo en su concha y en el culito tierno y chiquito. Sylvia tampoco perdía tiempo y ...
... su mano acariciaba mi verga que se había parado con toda su fuerza y quería escapar de mis pantalones. Le metí un dedo, lubricado por sus jugos en el culo. Sylvia suspiro y gimió profundamente, mi dedo estaba clavado en las profundidades del culito estrecho que apretaba mi dedo con fuerza sin poder sacarlo. Anbella y Pablo no perdían tiempo, Anabella se la estaba chupando a Pablo que tenía puestos un par de dedos en la concha. Nosotros nos seguíamos besando, mi lengua llegaba a cada rincón de la boquita de Sylvia y nuestras lenguas libraban un combate sin cuartel, pero mi dedo seguía profundamente clavado en el culo, Sylvia me masturbaba con una mano mientras con la otra se apretaba las tetas gimiendo dulcemente. Al cabo de un rato de rasque intenso nos desvestimos completamente! cuatro jóvenes en bolas en el compartimiento del tren nocturno a Praga. Grande no? Coloque a Sylvia en cuatro patas sobre el asiento y con mi verga inflamada continué el trabajo que mi dedo había empezado. Le lubrique el agujero con un poco de saliva y jugo de su concha, presionando con fuerza le metí la verga en el culo de un golpe y hasta el final. Mis huevos chocaron con la concha y Sylvia emitió un ruido gutural, mezcla de gemido suspiro y grito todo junto. Sylvia comenzó a moverse al ritmo del tren adelante y atrás con mi verga clavada en las profundidades de su culo. A mí me encanta coger por el culo, la sensación de mi verga abriéndose pasó por un culo estrecho, es algo que me vuelve loco de ...