Fantasias premonitorias
Fecha: 31/05/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... aparté de mi polla y la coloqué de espaldas a mi y mirando hacia el water. Luego presioné su espalda hasta que sus manos toparon con la cisterna. Entonces separé levemente sus piernas y de un solo golpe hundí mi pollón en su cueva. Ella, al sentir tan brusco envite, suspiró y gimió quizá algo más fuerte de lo que debió, pero a esas alturas ya nada importaba. En este segundo polvo, era yo el que mandaba, y sabedor de la responsabilidad que pesaba sobre uno, me esmeré en que resultase distinto al anterior pero no por ello menos placentero. Decidí que el momento requería de una mayor intensidad y comencé a follarla fuerte. Cada golpe de cintura hacía que zaida moviese todo su cuerpo, tan solo sujeto por su apollo a la cisterna y por mis manos que cubrían y masajeaban sus pechos. Este polvo fue impresionante. Ella creo que tuvo tres orgasmos y mi corrida resultó más placentera si cabe que la anterior. Una vez finalizamos y sin necesidad de tener que decirle nada, se giró, se sentó en el water, y comenzó a sacar brillo a una verga que sorprendentemente no había perdido vigor. Sus lamidas, con el orgasmo aun reciente, fueron tremendamente placenteras. Yo mientras me la chupaba, le dije que ahora iba a atacar a su culito. Zaida, paró un instante su mamada, levantó la cabeza y me dijo: " Siiii, por favor, abreme el culo. Métemela hasta el fondo, te quiero, te deseo.." Sin dejarla terminar sus ansiosas peticiones, aunque sabedor de que todas y cada una de ellas iban a ser ...
... satisfechas, dirigí mi pene a su boca y le invité a un nuevo banquete. Ella mientras tanto se masturbaba introduciéndose hasta tres dedos en un coño que parecía no tener fin a sus deseos. De repente alguien entró en el baño. Se trataba de un señor de avanzada edad a tenor de las toses que tenía. Permanecimos quietos durante unos segundos, cuando de repente y con el hombre aún en el baño, le susurré al oído que se pusiera a cuatro patas y con culo lo más arriba posible para facilitar la penetración, y que se dispusiera a sentir de nuevo mi carne, esta vez en su trasero. Ella, con una sonrisa picarona me besó en la boca y me susurró también al oído: " es todo tuyo, vamos cabronazo, métemela hasta dentro". Cuando hubo adoptado la posición requerida, me agaché y comencé a chuparle el ano, mientras introducía primero un dedo y luego otro. Cuando su culito comenzó a adaptarse a un diámetro parecido a mi estaca, le introduje el capullo, y zaida, sin duda muerta de gusto, realizó una fuerte maniobra hacia atrás, que hizo que se la metiera hasta el fondo y de un solo embite. A partir de ahí, comenzamos a follar perfectamente sincronizados y bajo la presión de sentir la presencia de un extraño que por aquel entonces se disponía a lavarse las manos después de orinar con cierta dificultad a juzgar por el tiempo empleado. Estuve dándola por el culo cerca de diez minutos, mientras Zaida me animaba continuamente a que siguiera al mismo ritmo, rogándome que no parase. Al final, y cuando me llegaba el ...