1. Manuela (10)


    Fecha: 01/06/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... morcilla, eh. Menos mal que no hay prisa, además quiero probar jueguecitos de los que gustan a la joven viciosilla" Alguna de las dos ha sacado unos porros que compartimos tumbados sobre la cama junto con unos gintonics. "Quiero que te pongas un poquito bruto y salvaje conmigo, en plan bondage. Juega conmigo, excítame y tu pónte a mil, pero no me hagas mucho daño; no creo que lo aguantara, ¿vale?" Rosa está a cuatro patas sobre la cama con los ojos vendados por un pañuelo negro y manos y pies atados con una de sus medias negras. Melaxi está de pies en la cama, abierta de piernas, sujetando con sus manos la cabeza y la melena de la atada y manteniéndosela casi empotrada contra el coño; un excitante ruido de chupadas y lametazos acompaña al más seco y fuerte de los azotes que propino a Rosa y que parecen gustarle ("sigue, me gusta; así, un poquito más fuerte"). "Coño Rosa, cómo me estás poniendo. Me excita mucho ver el color rojizo de las marcas en tu culo, te lo voy a poner a cuadros; golfa, guarra" La joven morena baja de la cama, se arrodilla detrás de la otra mujer ...
    ... y empieza a lamer el sexo y el culo, sacando una lengua larga, fina, rápida como una culebra. Sigo azotando a mi ex-mujer y también lo hago con la chica turca que parece agradecerlo metiendo y sacando su lengua con más ganas de los orificios de una Rosa jadeante, implorante, tremendamente excitada: "Luis, me gusta; sigue, cabrón, no pares." La espalda y el culo de las dos están cruzadas de las marcas rojizas del cinturón, lo que me excita tanto que me estoy cascando un pajote salvaje a la salud de estas dos putas. En el momento en el que Rosa se corre dando un gritito fuerte seguido de una serie de resoplidos, lamentos y gemidos, ya no puedo aguantar más y suelto una corrida impresionante sobre las dos mujeres; creo que aumenta mi gusto el ver mi leche manchando las melenas de ambas. Melaxi se ha corrido tras un par de minutos de alocados movimientos de mano sobre su clítoris. Los tres quedamos tumbados sobre la cama y rápidamente el cansancio y el sueño nos vence, no sin que dedique un pensamiento a Manuela: seguro que la joven turca sería un buen regalo para ella. 
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