La flor que me robé
Fecha: 06/06/2018,
Categorías:
Gays
Fetichismo
Autor: Hunter, Fuente: CuentoRelatos
Lo veía de vez en cuando, en las ocasiones en que su padre lo traía a arreglar el jardín de mi casa. Delgadito, blanco, cabello puntiagudo, ojos grandes y una colita chiquita pero que movía muy bien. Yo solo lo trataba bien, como a cualquier empleado normal pero nunca le despegaba el ojo. Lo veía cada vez más con lujuria y deseo. Un cuerpecito lampiño, musculitos sobresaliendo aquí y allá. Un día de calor yo me estaba bañando en la piscina solo y llegó con su padre. Se pusieron a trabajar en el jardín con el calor canalla que hacía. De reojo veía el sudor que le marcaba los pantalones a la rodilla, la camiseta, la frente. El cabello negro azabache ahora se le pegaba al cráneo. Solo de verlo me arreché muchisimo. Un día su padre me dice que tendría que viajar a la ciudad durante una semana con su esposa y su hija y que no podría venir a limpiar el jardín, De una vez le sugerí que Javierín se encargara del trabajo. Él dudó un poco pero asintió. Me encargué de que trabajara alrededor de la piscina para tenerlo a la vista. Cada vez que se agachaba yo sentía que la pinga se me iba a salir del pantalón. Un culito paradito, duro, como de bebé. Piernas lampiñas, delgadas, pálidas. Boquita rojita, labios delgados. Y sobre todo se le marcaba un paquetito interesante. Al tercer día le ofrecí una cerveza. Se la tomó como si fuera agua. Le ofrecí otras dos, las que tragó sin saborearlas. Ya sabía por donde venía el lado flaco del flaco. Le pedí que me acompañara al supermercado y ahí le ...
... regalé cosas. Un jabón perfumado, shampoo, un desodorante bueno, talco y por supuesto, un six pack de cervezas. Ya lo sentía más relajado conmigo, más a gusto con el patrón. Todavía me decía usted pero ahora estaba más a tono. Pasaron las semanas y unos días que eran libres le indiqué al jardinero que si podría "prestarme" a Javierín de nuevo. La mamá estaba como nerviosa, su bebecito se iba un par de dias pero al final consintieron. Apenas llegamos a la casa le dije, llama a tus viejos para que sepas que estás bien. Le dí una cerveza y lo dejé limpiando el frente de la casa. Me tiré a la piscina en calzoncillos. Yo no soy un galán pero tengo lo mío. Cuando estaba nadando veo que se acerca y le pregunto si quería tirarse. No trajo bañador. Le dije, cual es el problema, aqui somos varones, tirate en calzoncillos. Se encueró y quedó con unos calzones pegaditos, de color negro, gastados. Uff, dios, que cosa tan rica, Un pecho con dos tetillas rosaditas, sus abdominales marcados, su culito parado y su bultito pudoroso. Me le quedé viendo y lo dejé saltar. Otra cerveza. Otra más. Otra más. Yo solo tomaba coca cola y lo veía nadar y chapotear en la piscina mientras yo estaba sentado afuera, supuestamente chateando por el celular pero realmente grabandolo. Lo dejé solo viendo TV en la sala y salí por la parte trasera de la casa y me asomé a una ventana. Estaba en calzoncillos, con la verga parada, viendo pornos. No podía distinguir con detalle su pinga pero si vi la mata de pelos ...