Elena: Capítulo I
Fecha: 09/06/2018,
Categorías:
Fetichismo
Masturbación
Autor: Haldron, Fuente: xHamster
... acercó y delicadamente empezó a retorcerme el pezón izquierdo mientras me sobaba la tripa.-¿Te gusta, eh gordi? Tu cuerpo es mucho más sensible ahora que cuando eras un palo, ¿no?No podía ni pensar en responder. El placer inundaba todo mi cuerpo. Antes de que ni siquiera pudiera pensar en responder, besé a Elena y nos tiramos en la cama. Tenía razón gracias a la grasa ahora sentía todo mucho más, era increíblemente intenso. Mientras yo la besaba, ella me agarraba los michelines y el culo al tiempo que gritaba -¡Te has puesto como una vaca, mira lo gordo que estas! Inexplicablemente esto hacia que me pusiera más y más cachondo cada vez que me decía lo gordo que estaba. Finalmente lo hicimos varias veces antes de caer rendidos. A la mañana siguiente empezó nuestra nueva vida…Después de aquel día, no volvimos a hablar del tema. Pero era evidente que Elena me estaba tratando de cebar. Y como no, yo me estaba dejando como un buen cerdo. Los desayunos pasaron de ser una tostada sola con un café a un despliegue de yogur, cereales, tostadas con mantequilla y batido de chocolate; la comida, platos a reventar de todo, con su conveniente postre al final; y de colofón final una cena copiosa y abundante que solía ser pasta o pizza (casera, eso sí). Por no hablar de todo el picoteo que comía a lo largo del día gracias a que Elena siempre estaba haciendo bizcocho, magdalenas, croissants y demás tentaciones.El efecto de este banquete perpetuo es evidente: empecé a engordar como una vaca. Mi ...
... modesta barriga creció fuera de los límites de mi pantalón, y empezó a colgarme por encima del cinturón. Mis muslos explotaron en tamaño, y ahora se rozan al caminar. Ya no podía ponerme camisetas ceñidas porque mis pechos habían crecido tanto que se marcaban demasiado y apretaban mucho (por no mencionar que mis pezones y areolas lo habían hecho también, pero no es de extrañar debido a que Elena se pasaba horas chupando de ellas y masajeándolas). Mi culo había crecido tanto que apenas podía entrar en mis antiguos pantalones grandes, y mis brazos tenían dificultades para meterse por las mangas de las camisetas, de lo gordos que estaban.Podía oficialmente decir que ya no estaba rellenito, pasado de peso, gordito… estaba gordo como un cerdo, sin rodeos. Cualquier actividad física que antes hacía sin esfuerzo alguno ahora me costaba la vida. Subir escaleras, andar cuesta arriba o sencillamente caminar se iban convirtiendo en tareas cada vez más cansadas. Y entonces Elena me daba una barrita de chocolate o una magdalena para “reponer fuerzas”. Con esta dieta lo único sorprendente es que no haya engordado todavía más en tan poco tiempo.Evidentemente Elena estaba pletórica y fuera de sí. Nunca la había visto tan contenta y entusiasmada en todo el tiempo que llevábamos juntos, y era bastante. Su cara rebosaba felicidad cuando me daba de comer, y también cuando lo hacíamos. Además, si ya era buena con la repostería, después de repetir una y otra vez las mismas recetas, la calidad iba ...