Mi querido profe y sus lecciones de vida
Fecha: 10/06/2018,
Categorías:
Confesiones
Fantasías Eróticas
Autor: candy, Fuente: CuentoRelatos
... y eso me excito tanto que comencé a sentir un cosquilleo en otras partes de mi cuerpo y me pegue más contra él. Volví a levantar mi rostro hacia él y sin saber en qué momento, el me volvió a besar suavemente, ahora en los labios. Me pasaron mil pensamientos por la mente pero no hice el intento por alejarme de él. Sabía que no estaba bien, después de todo, yo tenía novio, él estaba casado y creo que tenía un poco más de los 40 años. Aun así, lo deje que me besara suavemente. No hizo el intento por forzarme ni por besarme más fuerte, solo suave y delicado y eso me estaba enloqueciendo. Sentía como besos románticos y poco a poco abría más y más mi boca y lo deje controlarme. Poco a poco, sin soltar mi cintura, me chupaba los labios hasta que metió su lengua y yo le di la mía. De un solo, me levanto por el culo y me llevo al sillón, ahora yo con mis manos en su cuello y mis piernas alrededor de él, no dejaba de besarlo. Nunca me habían besado así. Al acostarse en el sillón, me alejo un poco solo para desabrochar su pantalón y abrió el cierre, yo seguía sentada en sus piernas. Yo traía puesto un vestido veraniego, así que me saque el suéter que traía y solo levante mi falda sentada sobre él. El profe Montiel de inmediato metió sus manos y comenzó a sobar mi culo; era una sensación excitante y morbosa. Sentía tan rico que lo empecé a besar con pasión y a chupar su lengua. Me excitaban sus palabras, “nena, ...
... que rica que estas, me traes loco”. No dejaba de subir y bajar sus manos en mi cuerpo y me tocaba toda. En un momento, me bajó las tiras de mi vestido y descubrió mis tetas. Con su lengua empezó a dar masaje a mis pezones y lamia todo alrededor y yo sentía que enloquecía. Yo estaba tan excitada que chorreaba y creo que él lo sintió porque allí tocó mi pussy con su dedo y metió su pene dejando salir un gemido, posiblemente porque estaba tan apretado, era mi primera vez. Se sentía tan caliente y grueso que yo gemí y él no dejaba de chupar mis tetas. Allí solos en su oficina el también empezó a gemir como saboreando mi cuerpo y yo sentía como una tras otra vez tenía orgasmos. Estaba mojadisima pero no quería que terminara. El entraba una y otra vez mientras me besaba con una pasión que no he vuelto a vivir. Su semen corría por mis piernas en abundancia y se regaba por el sillón. No creo que le importaba porque no dejaba de tocar mi cuerpo ni me dejaba levantar. Es fue la primera vez que tuve a un hombre dentro de mi y fue un éxtasis. Después de esa experiencia ya no fue igual. Buscábamos ocasiones para darnos una mirada de morbo y de vez en cuando me pasaba tocando el culo. Las visitas a su oficina fueron más frecuentes y solo íbamos al grano. Todo cesó cuando entre a mi tercer año y por alguna razón él dejó de enseñar. No sé dónde está el profesor Montiel ahora, pero me dio una lección que nunca olvidaré.