1. Iniciacion de una novata


    Fecha: 11/06/2018, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ahora le estaba arrancando la parte inferior del chándal. Vas a notar mis dedos en tu coñito, y te va a gustar. No te retuerzas, que me excitas más. De un solo tirón le quitó los pantalones y las braguitas. Después se descalzó con velocidad y ya le estaba restregando las plantas de sus pies por su abierta rajita. María gritó todo lo que pudo, pero de pronto notó que algo tapaba su boca. Era uno de los pies de Marta, que se había descalzado a su vez con mucha dificultad por la postura que seguía teniendo sobre los doloridos brazos de la muchacha. Chúpamelos, chupa mis dedos y deja de chillar, pequeña novata Los pies de Marta olían mal y eso le produjo un gesto de repugnancia. ¿No te gustan mis deditos, niña escrupulosa? Ya veo, los tuyos en cambio huelen muy bien, eres una chica muy limpia, eso me gusta , lamía y mordisqueaba como una hambrienta los pequeños dedos de la pobre muchacha aterrada, que pedía entre sollozos que la soltaran. La escena sin embargo aún fue larga. Ambas amigas se turnaban los pies de María para introducírselos con frenéticas sacudidas en sus coños, y luego les pasaban la lengua por las plantas, le mordían los tobillos, el empeine, le acariciaban y retorcían los dedos. Otras veces eran ellas las que metían sus pies desnudos en el chochito de María y se los pasaban por la boca gritando que chupara. Pero María se negaba a separar los labios. Y Sonia le gritó aún más fuerte: Te has portado mal, muy mal. Pero voy a concederte tus deseos. No te gustan las ...
    ... tías, ¿verdad?, pues tengo algo que sí va a encantarte. Manuel, ya puedes salir. Y ante el espanto de la pobre prisionera, surgió del fondo del gimnasio un hombretón altísimo desnudo ya y con un enorme miembro en brutal erección. Ya era hora, me la he machacado ya tres veces viendo vuestro espectáculo. Abridla de piernas bien abierta, que me temo que ésta es todavía virgen. María se sacudía con todas sus fuerzas, gritaba que sí, que era virgen y que no quería dejar de serlo de esa manera, prometía que lo olvidaría todo. No, mi niña, esto te prometo que no lo vas a olvidar en tu puta vida dijo el gigante y la sujetó de los muslos para separárselos aún más pese a que ya las chicas la tenían sujeta de los pies, apoyada sobre el cuello, de forma que María sintió que iban a partirla en dos. El hombre metió profundamente dos dedos en su coño, los restregó un rato en su interior, luego los sacó, se lo chupó y dijo: Rica, rica, es el mejor bocado que me habéis traído, gracias, mis lesbianitas. Inmediatamente apuntó su verga dura, nervuda, rocosa y de un golpe brutal la introdujo hasta el fondo en el cuerpo de María, que sólo pudo lanzar un lastimoso quejido al sentirse empalada. Las chicas siguieron en su tarea implacable de pasar sus lenguas por los pies de su víctima, mientras el salvaje bombeaba su polla con fuerza descomunal dentro y fuera de aquel lacerado coñito. Cuando despertó, se encontró tumbada sobre una colchoneta en el gimnasio. Estaba vestida, calzada, sin dolor alguno. ...