Rosalba: Un viaje de placer con mi primo
Fecha: 13/06/2018,
Categorías:
Incesto
Hetero
Autor: Little Sex Warr, Fuente: CuentoRelatos
Cuando tenía 19 años, planee junto con mi primo Antonio, un viaje a Guanajuato, queríamos ir al Festival Cultural que se lleva ahí año tras año. Durante mucho tiempo, ahorramos dinero, para poder llevarlo a cabo. Con anticipación compramos los boletos del autobús, los boletos a ciertos eventos y por supuesto reservamos un hotel. Aquí tengo que hacer mención, que, desde pequeños, mi primo Antonio y yo, nos llevamos súper bien, él es apenas un año mayor que yo, y durante los últimos cinco años, en sus vacaciones de verano, se va a vivir con mi familia, pues el equipo de americano al que pertenece, tenía su campo de entrenamiento, mucho más cerca de nuestra casa, que de la suya. Durante esta época, siempre aprovechábamos para pasar tiempo juntos, platicar, pasear, etc. Teníamos una amistad sincera, jamás criticábamos ni cuestionábamos sobre los temas que tratábamos, cuando llego la época de tener novios, también se volvían tema de nuestras conversaciones y hasta nos aconsejábamos al respecto, hasta en ocasiones, cuando íbamos al cine, nos besábamos y acariciábamos tímidamente, sin pasar jamás a mayores. Cuando les mencionamos a nuestros padres, al respecto del viaje y nuestra decisión de hacerlo solo nosotros dos, no encontramos ningún problema en obtener su consentimiento, es más, mi tío (el papa de Antonio) hasta nos ayudó con algo de dinero. Así paso el tiempo y llego el día de partir, Antonio llego por mí a la casa y juntos nos fuimos a la estación de autobuses, para un ...
... viaje de tan solo unas cuatro o cinco horas, al llegar, lo primero que hicimos fue ir al hotel, para registrarnos y dejar nuestras cosas, pues los eventos a los que teníamos planeado asistir, iniciaban esa misma tarde-noche. Ahí encontramos un primer problema, ambos creíamos, que la reservación había quedado para una habitación con dos camas individuales, cual sería nuestra sorpresa al entrar a esta y ver solamente una cama gigante (king size), en medio de risas, pensamos primeramente no decir nada y compartir la cama, la habitación estaba cerca del área de piscina, y de muy fácil acceso, pero después de pensarlo, decidimos bajar a la administración y ver la posibilidad de cambiar la habitación. La chica de la recepción, entendió perfectamente la situación, pero nos dijo que solamente tenían habitaciones con una cama matrimonial y otra individual y que el costo era un poco más alto, aun así, decidimos tomarla, desafortunadamente, esta se encontraba hasta el último piso y lo más lejos del elevador, había que caminar por dos corredores antes de llegar a esta, pero aun así, cuando la vimos nos encantó, la vista desde el balcón era magnifica, toda la ciudad se veía desde ahí, así que acomodamos nuestras cosas y nos salimos a callejonear. La tarde noche paso de maravillas, entre los espectáculos, el alcohol y un poco de hierba que Antonio traía, llego la hora, en la madrugada, de regresar al hotel, para descansar un rato, aprovechar la alberca en la mañana y por la tarde reiniciar de ...