Mi Prima
Fecha: 13/06/2018,
Categorías:
Primera Vez
Masturbación
Tabú
Autor: salinasc, Fuente: xHamster
Yo no sé cuando empezó ese cosquilleo en mi pene, pero yo lo sentía cada vez que veía a mi prima Magdalena. Trataba de estar con ella siempre que podía, me imaginaba lo hermoso que sería besarla, abrazarla y acariciarla.Mi prima Magdalena era y es una hermosa joven; rubia, cabellera debajo de los hombros, vivaracha y alegre, alta, bustos grandes, acinturadita y con unas nalgas bien paraditas, preciosa de arriba abajo, como una potranquita inquieta. Pícara y coqueta en ocasiones.Siempre que la veía, mi mirada recorría su cuerpo de arriba abajo disfrutándola, pero con tristeza o coraje porque sabía que ella no era para mi. Mi mirada siempre terminaba entre sus piernas, como un imán me atraía su hermosa -"Y" -que se le formaba en medio de sus bien torneadas piernas, no importaba que ropa usara, siempre se le marcaba lindamente.Pero por esos tiempos mi única relación sexual era con mi mano, yo entonces tenía 19 años. Tímido, algo introvertido, mi relación con mis amigas se había concretado solo a besos y a manosear sus pechos.Magdalena, de la misma edad que mí hermana Leticia, 18 años. Vivía con mis tíos y su hermana Rosalía cerca de nuestra casa y era inseparable de mi hermana Leticia.Un día, en mi casa, yo jugaba a las luchitas con mi hermana en la cama de mi habitación como lo hacíamos ocasionalmente, pero esta vez estaba presente mi prima. No recuerdo como empezó el juego, pero se trataba de dominar físicamente al adversario. Recuerdo que después que vencí a mi hermanita, ...
... que ya no podía moverse, Magda dijo: -Yo sigo.- Me puse colorado y pensé que quizá no era buena idea, las niñas no deben jugar así con los niños, claro que las hermanas no cuentan. Pero no tuve opción, ella ya estaba sobre mi cuerpo tratando de sujetarme. Las dos jovencitas unieron sus fuerzas para derrotarme. Cada una trataba de sujetarme un brazo, ponían sus rodillas sobre mis piernas y trataban de inmovilizarme como sus instintos se lo decían, yo respondía a sus ataques de la manera más cuidadosa posible, ya que no quería lastimarlas, giraba mi cuerpo, zafaba un brazo, les detenía sus dos manos a cada una por las muñecas. El juego fue largo, sudábamos, gritábamos, gruñíamos, decíamos palabras groseras. Yo no podía salir derrotado, ellas tampoco querían aceptar que un muchachito las pudiese derrotar a las dos. Mi apuración mayor era que pudiesen notar la erección que yo tenía, o la mancha que se iba formando en mi pantalón.Yo les hacía cosquillas, eso las enojaba mucho pero con esa excusa podía tocar partes de su cuerpo que de otra manera no hubiese podido, sobre todo sus tetas. Se les subía el vestido, yo disfrutaba el ver sus piernas, sus nalgas. Todo muy divertido.En un momento del juego, me quite a mi prima de encima de mi sujetándola entre sus piernas, mi mano agarro su pubis, la voltee y la deje de espaldas en la cama. Sentí como una descarga de deseo, de todo lo que no se puede explicar. No retire mi mano inmediatamente, sentía latigazos de placer, dolorosos, estaba ...