Helena y una noche con strippers - Relatos Eróticos

Helena y una noche con strippers

Helena y una noche con strippersHelena me preguntó esa mañana si podíamos ir juntas a la despedida de soltera de Camila, una de las nenas calientes de la oficina, que ahora pensaba pasarse al bando de las señoras casadas.Por supuesto le dije que iríamos juntas, yo pensaba vaciar todo el alcohol disponible y no conducir, así que llevaríamos el auto de Jorge y manejaría ella. Quedamos de acuerdo que nos vestiríamos de manera bien provocativa, como para despertar los ratones en la cabeza de nuestras compañeritas de trabajo.El sábado en cuestión nos dirigimos al lugar de la reunión, buen maquillaje, pelo bien revuelto, mucho escote, minifaldas cortísimas y por supuesto tacones altos, muy putas las dos. Pensábamos que la fiesta era en un boliche tipo bailable, pero nos llevamos la sorpresa de que se trataba de un show de strippers, algo que a Helena siempre le ha encantado, ya que si hay algo caliente según ella, es un chongo desnudándose y mostrando todo el esplendor de su lomo, musculatura y verga.La fiesta estuvo muy divertida, en especial porque solamente había mujeres, todas gritando como locas histéricas cada vez que aparecía uno de estos grandotes en el escenario. Uno de los más interesantes fue uno muy rubio, que personificaba a un bombero y cuando terminó desnudo nos mostró a todas que su tremenda pija era mucho más grande que la manguera que utilizaba como parte de su personaje.Camila, la futura novia, estaba excitadísima. Un gigantesco negro africano bajó del ...

... escenario con todo su cuerpo brillante de aceite y comenzó a recorrer las mesas, restregándonos a todas su enorme bulto, apenas cubierto por un diminuto slip de tela blanca. Solamente el contraste de color con su cuerpo excitaba bastante. Helena por supuesto no pudo con su genio. Cuando el morenazo se le acercó, metió la mano dentro del slip, haciendo un gesto de sorpresa y diciendo a todas que realmente la tenía muy, muy grande.Finalmente el morocho se acercó a Camila, ya que le habían indicado que era la agasajada y se corrió la tela a un costado, dejando ver una poronga verdaderamente gigantesca. Camila no es ninguna santita, así que tomó esa gran cosa con sus dos manos, se la metió en la boca y la chupó con mucha gracia, poniéndola bien dura en pocos segundos, para sorpresa de algunas y deleite de todas las presentes.Otro de los strippers era un carilindo pelirrojo que hacía el papel de un leñador, con un hacha enorme y una pija que realmente era un tronco, pero no lo pudimos ver tan de cerca, ya que no se animó a bajar y recorrer mesas. Pobre Caperucita Roja si la hubiese res**tado con semejante verga !!!.En un momento el show se interrumpió por un rato y entonces noté que Helena no estaba a mi lado. La busqué con la mirada y otra de las chicas me dijo que había ido al baño. Al fin me levanté, preocupada por su tardanza y me dirigí hacia el fondo del salón, hacia los baños, a ver si se sentía bien. A esta altura había mezclado bastante los tragos y la cabeza comenzaba a darme ...