1. Pan Tostado


    Fecha: 17/06/2018, Categorías: Dominación Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues

    ... macho, un tipo de cuidado, lo hacían sentir el hombre que no era. El padre de Ricardo, milico también, movió influencias y le consiguió vacante en la comisaría del barrio. Todo lo veían pasear, con su pedantería a flor de piel y su caminar de perdona vidas por el centro comercial del barrio, manos en el ancho y negro cinturón del que colgaba la cartuchera con la 9 milímetros y sonrisa sarcástica. Ese sábado, cuando ya caía la noche, Panty, con un amigo de la universidad - cursaba primer año de psicología-, estaba caminando por el centro comercial. Como su amigo quería encender un cigarrillo y había viento, se arrimaron los dos en un rincón para protegerse del viento y lograr que no se apagara la llama del encendedor. Cuando se dieron vuelta para seguir caminando, se toparon con Ricardo que, brazos cruzados, les espetó -Así te quería agarrar, puto de mierda!, dando espectáculo en la calle. Vos rajá pibe y no te dejes convencer de nuevo por este degenerado. Vos putito venís conmigo! No valieron explicaciones, no valieron pedidos ni súplicas. Panty, esposado, terminó a los empujones en la comisaría en una celda llena de caras turbias. Dos o tres de los reclusos cuchicheaban entre ellos y lo miraban fijo tocándose el bulto. Panty, aterrado, apoyó su bello culito contra la pared, se puso a mirar el piso y cruzó los brazos sobre el pecho, como si ese ilusorio escudo y ese no ver lo pudieran proteger de algo. Los que lo miraban se le pusieron delante y uno de ellos con su dedo ...
    ... mugriento le levantó la cara desde el mentón. - A mi me la chupás primero putito. Panty, como si quisiera proteger de la violación la conchita que la naturaleza no le había dado, llevó las manos a su sexo y comenzó a temblar nerviosamente. En la celda, por suerte, estaba Rafa, albañil, pendenciero, amigo de la caña y la ginebra, en cana no por chorro sino por cagar a palos a su jefe y mandarlo al hospital. Sus manos eran inmensas como palas y duras como papel de lija. -El que toca al puto se las va a ver conmigo-, dijo con su vozarrón rasposo de tabaco negro y polvo de cal y cemento. -Quedate tranquilo pibe, nadie te va a tocar un pelo. Se hizo un vacío alrededor del nene. Panty, aún protegiéndose la conchita, apenas levantando la cabeza balbuceó un "gracias". Al rato vino un agente a buscarlo. Lo llevó al cuarto del fondo de la comisaría, el más alejado de la entrada. Adentro sólo una silla, Ricardo y el oficial jefe de turno, cruzado de brazos. - Así que vos sos el putito que anda haciendo chanchadas por la avenida? Ya te vamos a dar, degeneradito! Desvestite, todo. -Pero yo no. , - callate puto-, pero. , -te dije que te calles, o querés que te surta? Panty se quitó la camisa, se quitó las medias, y temblando como una hoja comenzó a sacarse el pantalón. Debajo apareció esa biquini rosa que se había comprado ahorrando sobre la poca guita que podían darle los gemelos para pagar el boleto y comprarse una coca en la facultad. -Pero mirá que sos reputo! Sacate esa bombacha, marica de ...
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