El capataz y el señorito 2
Fecha: 17/06/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: dante1802, Fuente: SexoSinTabues
Continúa la historia de dominación de un capataz de campo a un señorito de ciudad. En esta entrega, Bruno marcará como suyo a Ricardo sin que este pueda defenderse. Si quieres leer la primera parte de la historia este es el link: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-33612.html Era de madrugada cuando Ricardo entró al baño de su cuarto, se desnudó y entró a la regadera. El joven rubio sintió como el agua caía sobre su cuerpo, que acababa de ser mancillado de manera cruel. Mientras el agua resbalaba por su piel, las mejillas del chico se cubrían de lágrimas. lloraba de impotencia y vergüenza por sentirse humillado y usado. Ricardo deseaba que el agua limpiara su cuerpo pero al agachar su mirada vio sus brazos llenos de moretones, y por sus piernas escurría sangre y semen. El chico no pudo evitar golpear las paredes sintiéndose impotente por estar manchado con los fluidos de su violador, ese maldito lo había marcado para siempre. Mientras más tallaba su cuerpo a su mente volvían las escenas de lo ocurrido en las caballerizas, su culo aún punzaba por las estocadas de la verga de Bruno. Él podía limpiar su cuerpo pero la semilla que su violador había dejado dentro de él no podría sacársela nunca. Con dolor en todo su cuerpo, Ricardo salió del baño y se acostó en su cama, pero no pudo dormir, cuando cerraba los ojos veía a Bruno tomándolo salvajemente, entrando dentro de su recto sin autorización, era una pesadilla para el chico y solo en su habitación lloró hasta que el ...
... sol entró por su ventana. En su cuarto, Bruno despertaba muy temprano como era su costumbre, pero esta vez tenía un gesto de enorme satisfacción, desnudo se levantó de su cama y al notar su erección matutina llevó sus manos a su enorme miembro y recordó lo ocurrido la noche anterior. Con gran placer revivió el momento en que desfloró a Ricardo, sonrió al recordar lo apretado de ese culo y al sentirse muy caliente decidió meterse a bañar para apagar su fuego. No quiso masturbarse para guardar energías y desfogarse con su nueva víctima. Como todos los días, Juancho entró a las caballerizas para alimentar a los caballos, pero esta vez notó algo particular. en una de ellas todo estaba revuelto, el olor a sexo estaba impregnado en las paredes y sobre la paja había restos de sangre. Al acercarse más Juancho encontró un paliacate que recogió reconociéndolo como propiedad de Bruno. ¿qué había pasado en esa caballeriza?, se preguntó Juancho cuando sus pensamientos fueron interrumpidos. Bruno: ¿qué haces Juancho?. a trabajar que las cosas no se hacen solas. Juancho: disculpe Bruno, pero es que encontré algo que creo es de usté. Juancho le mostró a Bruno el paliacate y este sonriendo lo agarró. Bruno: ah sí, es mío, se me olvidó. la verdá es que este paliacate me trae muy buenos recuerdos. El capataz sonrió al recordar que con ese paliacate cubrió la boca de Ricardo para evitar que este gritara mientras era violado. Juancho: jefe, aquí también hay restos de sangre y yo creo que. Bruno: ...