Cógelo
Fecha: 17/06/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: bargan, Fuente: RelatosEróticos
... Lidia estallara en un sonoro orgasmo, mientras en su cabeza bullían multitud de imágenes entremezcladas, destacando entre todas las de ella misma siendo penetrada por dos hombres al mismo tiempo… Jorge regresaba del baño tras darse una ducha y volvió a tumbarse junto a su mujer. Mientras le acariciaba con suavidad el monte de Venus, le habló: - “Te excita pensar en que te estamos follando dos hombres, no digas que no…” - “No le des más vueltas, eso no va a pasar nunca.” –contestó ella, con una mueca de desagrado. - “Pues no sé por qué no” –respondió él- “A mí me encanta verte disfrutar”. - “Es simplemente una fantasía tuya y nada más” –mintió-, “y en eso se quedará. No voy a meter a otro hombre en nuestra cama te pongas como te pongas.” - “Pues cada vez que tienes las dos dentro te vuelves loca, y cuando te digo que necesitas dos hombres, siempre te corres a lo bestia”-insistió Jorge riendo. “Imagínatelo con un tío cachas y guapo, como Brad Pitt, con unos buenos abdominales de esos que parecen pintados… ¿A que entonces no podrías negarte?”. - “Pero como un tío así no se fijaría en mí, se acabó la historia” –sentenció, dando la conversación por finalizada mientras se giraba dando la espalda a su marido. - “¡¡Ajajá!! –exclamó triunfante Jorge-. “En ese caso sí que aceptarías, ¿eh?” - “Es tarde, Jorge, tengo sueño” –contestó cortante, aunque en el fondo sabía que su marido tenía razón; y de hecho sería bastante menos exigente a la hora de elegir al “partenaire”, pero no podía ...
... admitirlo, pues temía lo que podría llegar a suceder en ese caso. Lidia sobrepasaba por poco los 40, aunque aparentaba menos edad. Más bien bajita y perfectamente proporcionada, sus pechos no desentonaban con el resto de su persona. Su culo, algo respingón, le encantaba a su marido, que lo halagaba sin mesura sobre todo cuando le hacía el amor boca abajo: “es tan acogedor…” –le solía decir, y eso a ella le llenaba de satisfacción. Pero como todas las mujeres, y a pesar de los elogios y del amor de su marido, Lidia era insegura, y esa inseguridad era la que alimentaba su excesivo pudor a la hora de intentar alguna nueva experiencia en lo que a sexo se refiere. Jorge llevaba tiempo insinuando la posibilidad de incorporar un invitado alguna vez a sus juegos amorosos, y aunque Lidia se había negado tajantemente, poco a poco su resistencia disminuía a medida que Jorge insistía. No obstante, él nunca había obtenido de ella algo diferente a un “no”… Jorge estaba totalmente enamorado de su mujer, pero no podía evitar el excitarse pensando en verla gozar con dos hombres a su disposición. Algunos años mayor que Lidia, con el paso de los años su aspecto había mejorado, pues practicaba deporte habitualmente y cuidaba su alimentación. No cometía excesos (casi nunca…), y aunque le seguían sobrando algunos kilos, su aspecto era “pasable”, como a él mismo le gustaba decir. No podía lucir un cuerpo musculoso ni mucho menos, pero su mujer lo quería y eso era suficiente para él. Llevaban casi 20 ...