1. Cógelo


    Fecha: 17/06/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: bargan, Fuente: RelatosEróticos

    ... éste ante su desnudez. Se sirvió otra copa de vino, y se dejó vencer por la calidez que experimentó en su rostro y en su sexo; minimizó su “Facebook”, abrió “Google” y tecleó“relatos de sexo”. Ante ella aparecieron numerosos resultados. Decidió “pinchar” la primera página, y tras investigar durante unos minutos acabó en uno cuyo comienzo le pareció interesante… Entre los recuerdos del día, el vino y la lectura del relato, Lidia entró en un estado de excitación tal que decidió mandarle un mensaje de móvil a su marido:“Cógelo…” Una vez pulsó “enviar”, se desnudó y se metió en la cama con el portátil leyendo otro relato esperando que Jorge regresara pronto, pues de lo contrario,algo tendría que hacer. Jorge estaba sentado en una mesa disfrutando de su tercera cerveza en compañía de David, muy recuperado de la lesión gracias a la ayuda de su alumno. Ambos escuchaban entusiasmados una banda de versiones que sonaba realmente bien, cuando la vibración de su teléfono le advirtió de la entrada de un mensaje. Lo sacó del bolsillo del pantalón mientras David lo observaba intrigado, más aun al percibir el gesto de sorpresa de su acompañante. -“Espero que no sean malas noticias” –comentó. -“No, no; no es eso, es de mi mujer…” –respondió Jorge. -“¿Qué pasa, que no se fía de mí?- ironizó David entre risas. Jorge se quedó en silencio releyendo una y otra vez más el escueto mensaje…“Cógelo…”. Su mente empezó a bullir descontroladamente, alzó su mirada hacia su acompañante, se inclinó sobre ...
    ... la mesa y habló con voz queda: -“David, quiero comentarte una cosa…” No había transcurrido mucho tiempo cuando Lidia sintió cómo se abría la puerta de la calle. Cerró el portátil y se tapó con la sábana hasta el cuello con la vista fija en la entrada del dormitorio. A los pocos segundos apareció su marido en el umbral desabrochándose los botones de sus jeans mientras miraba con ojos de deseo a su esposa que yacía sobre la cama, y que segundos después levantaba la sábana dejando al descubierto su total desnudez. A partir de ese momento, ambos desataron sus anhelos reprimidos durante todo el día, sumergiéndose en una coreografía de caricias, besos y pasión, adoptando diferentes posturas y dándose placer mutuamente con la mayor generosidad, demostrándose todo el amor que sentían el uno al otro. Finalmente, Lidia se recostó sobre su costado izquierdo, y Jorge, situándose tras ella, comenzó a abrirse paso hasta el sexo de su mujer, el cuál estaba totalmente lubricado y receptivo. Introdujo su pene con facilidad, mientras que con su boca chupaba y lamía el pezón derecho de Lidia. Ella, a su vez, movía las caderas, golpeando sus glúteos contra la pelvis de su marido. Entonces Lidia pronunció la palabra mágica: -“Cógelo…”–, reclamando con ella sentirse totalmente plena, inundada, invadida, extasiada. -“El pene de David debe ser tan grande como éste”- afirmó Jorge acercando el juguete hacia al sexo de su mujer. -¿No crees? –interpeló. Lidia, con los ojos cerrados, comenzó a gemir por ...