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Ayudando a Mamá (04).
Fecha: 18/06/2018, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... de mi bóxer, en un segundo estaba agarrando mi pene. La miré sorprendido pero simulaba estar concentrada en la película. Intenté hacer lo mismo mientras disfrutaba de sus suaves dedos que iban poniendo dura mi hombría de a poco. Me lo masajeaba suavemente sin mirarme siquiera. - ¿Mamá…? – pregunté cuando lo tenía bien duro. - No me preguntes nada… - me miró a los ojos – y nunca le cuentes de esto a nadie. Va a ser nuestro secreto. Mi corazón dio un salto mortal. Ella apagó el televisor usando el control remoto y sin decir más nada liberó mi verga y bajó la cabeza. Gemí impulsivamente en cuanto sentí su cálida boca humedeciendo mi glande. Con la lengua lo fue masajeando en círculos y de a poco se lo tragó más y más, hasta que empezó a mamarla con ímpetu. Sólo se la sacaba de la boca para chuparme los huevos. Me las arreglé para quedarme totalmente desnudo sin estorbarla en su tarea. Acaricié su cola por arriba del pantalón mientras ella seguía concentrada en dar lengüetazos. - Sacate esta mierda, que la odio – dije refiriéndome a su sobrio pijama. - Te prometo que no lo voy a usar nunca más – me dijo riéndose. Se quitó la remera y la ayudé a desprenderse el corpiño. ¡Qué bueno fue ver sus grandes tetas otra vez! Le hice ver mi alegría al chuparle un rato cada pezón mientras ella se despojaba de la parte baja del pijama. En cuanto le quité la bombacha me sorprendí al ver que tenía la entrepierna llena de pelitos, no había ni rastros de esa fina línea vertical de vello que tan ...
... bien lucía en ella. Ella siempre fue cuidadosa con su cuerpo, siempre andaba prolija y arreglada, pero haciendo un poco de retrospectiva me di cuenta de que últimamente andaba desalineada por la casa. Llegué a la conclusión de que estaba deprimida. Quise atenderla como se debe. Hice que se acostara boca arriba y le besé el estómago. De a poco fui bajando hasta sentir su vello púbico en mis labios. Ella abrió las piernas tanto como pudo, enseñándome su tan añorada conchita. Ese olor a sexo femenino me volvió loco. Comencé a lamérsela con ganas, concentrándome más que nada en su clítoris. Nunca había tenido la oportunidad de hacerle sexo oral como se debe. Recorrí cada rincón, cada pliegue, metí mi lengua y bebí sus jugos. Chupé suavemente y luego lo hice con mayor intensidad, ella no dejaba de gemir y sacudirse en la cama. Apretaba sus dedos contra las sábanas y disfrutaba a pleno del momento. Pasados unos minutos me coloqué sobre ella y levanté un poco sus piernas. Encajé mi miembro en la división de su vagina y lo deslicé de atrás para adelante mientras ella me acariciaba el glande. - No te imaginás la cantidad de veces que me masturbé pensando en esto – me confesó. - Yo también mamá. Me calentó mucho saber que ella había estado pensando en mí a pesar de todo. Me moría por clavarla pero quería disfrutar bien cada momento. Me incliné sobre su cuerpo y la besé con la misma pasión que siempre había formado parte de nuestros besos. Ella fue cerrando sus piernas lentamente, me ...